La celulitis dura suele aparecer en las más jóvenes, la celulitis blanda o adiposa a partir de los 30 años y la celulitis edematosa es la más avanzada.
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Hogarmania, 2 de septiembre de 2022
Cuerpo
La celulitis dura suele aparecer en las más jóvenes, la celulitis blanda o adiposa a partir de los 30 años y la celulitis edematosa es la más avanzada.
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Hogarmania, 2 de septiembre de 2022
La celulitis es uno de los mayores obstáculos para mantener un cuerpo firme y tonificado. Su aparición es difícil de evitar y su eliminación es muy complicada, aunque siempre puede mantenerse controlada. Sólo un 10% de la población femenina se libra del conocido Síndrome de Piel de Naranja.
La celulitis es una acumulación de agua, grasa y toxinas en los tejidos cutáneo y subcutáneo, que forma pequeños bultitos y hoyuelos en la piel. Es de origen hormonal y, por ello, sólo afecta a las mujeres, que tienen un mayor número de células grasas o adipocitos.
Normalmente aparece por primera vez en la pubertad, con el primer cambio hormonal, y suele desarrollarse en las etapas de mayor alteración como el embarazo o la menopausia.
Atendiendo a su ubicación corporal puede ser generalizada o localizada. La celulitis generalizada aparece casi exclusivamente en mujeres obesas o con alteraciones alimentarias. La localizada es la más común y se forma en determinadas zonas, principalmente en abdomen, muslos, glúteos, caderas, piernas, brazos (parte superior), rodillas (cara interna), tobillos, zona lumbar y espalda (parte superior, bajo los hombros).
Por otro lado, se distinguen varios tipos de celulitis:
Aunque la celulitis se asocia normalmente con el sobrepeso, las mujeres delgadas también la padecen, y es que hay numerosos factores que inciden en su aparición y desarrollo. El estrés, los malos hábitos alimentarios, el sedentarismo o la falta de ejercicio, la utilización de prendas muy ajustadas o tacones demasiado altos, y el abuso de café, tabaco o alcohol, son algunos de los factores que agravan la celulitis. También influye la genética, puesto que puede ser un problema hereditario, o ciertos trastornos digestivos y circulatorios.