Esta sencilla maceta, en cuyo interior se encuentra un pequeño gato, es un humidificador decorativo ideal para colocarlo en el alfeizar de la ventana o sobre un mueble.
Simplemente tenemos que llenar el recipiente de agua y ponerlo sobre una superficie plana.
Además, si añadimos unas gotas de un aceite esencial aromático, de origen vegetal, podremos disfrutar de un aroma muy agradable en la habitación.
Este otro modelo, sin embargo, es una vasija de cerámica, con forma de coche, que se cuelga en el radiador y es probablemente, la opción más barata.
En estas fechas tan frías, podemos decantarnos también por un humidificador ultrasónico, que emite vapor caliente. Después de llenar el depósito de agua, enchufamos el aparato a una toma de corriente y lo encendemos.
Este tipo de humidificadores divide el agua del depósito en minúsculas partículas que se esparcen por el ambiente, aumentando el nivel de humedad.