Una vez elegida la ubicación, evitando las zonas arboladas ya que al hacer el hoyo encontraríamos raíces, delimitamos el perímetro de la piscina siguiendo las indicaciones del fabricante. Marcamos también la ubicación de la escalera. Comenzamos a excavar, retirando la tierra con la pala, y continuamos con la excavadora que nos facilitará enormemente el trabajo.
Una vez hecho el hoyo, marcamos de nuevo el perímetro de la piscina en su interior y ponemos unos ladrillos refractarios sobre la línea trazada. Sobre estos ladrillos colocaremos las planchas de acero galvanizado.
Vamos uniendo las piezas, fijando unas a otras de forma provisional, con tornillos, arandelas de plástico y tuercas.
Luego, reforzaremos la estructura colocando unas escuadras en la parte posterior, para lo que tendremos que hacer unos hoyos con la azada. Ponemos dos culatas en la base de cada escuadra, las apoyamos en la estructura de la piscina y las fijamos con tornillos, tuercas y arandelas con la ayuda de una llave fija.
Después de sujetar las escuadras, echamos hormigón en los hoyos hasta rellenarlos. De esta forma, las escuadras quedará perfectamente fijas.
A continuación, ponemos unos machones que servirán de soportes para sujetar el anillo de hormigón sobre el que descansarán las losas de coronación o brocal.
La distancia máxima entre soportes será de metro y medio. También colocaremos unos soportes debajo de las escaleras.
Ya hemos unido todas las piezas de acero galvanizado de la estructura con sus respectivos tornillos y hemos colocado la escalera de fibra de vidrio con forma de media luna. Comprobamos que las planchas están a nivel.
Siguiendo las indicaciones que nos marque el fabricante, localizamos el punto en el que vamos a colocar el desagüe de la piscina.
Empleando una azada, hacemos el agujero para colocar la pieza de desagüe de donde saldrá un tubo que irá hasta el local técnico.
Una vez hecho el agujero y la zanja para el tubo, lo conectamos a la pieza de desagüe. Echamos mortero en el agujero, colocamos una piedra que estará elevada 5 cm sobre el nivel de la piscina, y sobre ella pondremos el desagüe de plástico. Ahora ya podremos cubrir toda la zanja con tierra.
Nivelamos el suelo y cubrimos la superficie con un mortero pobre, que extenderemos y alisaremos con una llana. Tendremos que esperar unos 3 días para que fragüe el producto y poder trabajar dentro de la piscina.
El siguiente paso consiste en poner unas perfiles de plástico en el canto superior de la estructura metálica. Después de colocar la caja estanca de la luz y el skimmer, una pieza compacta que recogerá las impurezas de la superficie del agua, ponemos unos paneles aislantes de poliestireno expandido en todo el perímetro de la piscina, que mantendrán la temperatura del agua y nos permitirán alisar la superficie. Ponemos unas tiras de cinta de doble cara en todo el perímetro de la estructura metálica y aplicamos masilla selladora en las juntas; con el mismo producto pegamos los paneles.
Después de pegar los paneles aislantes, rematamos las juntas de unión con cinta adhesiva, tanto horizontal como verticalmente.
Vamos a colocar en la base de la instalación una manta con la que cubriremos las imperfecciones del suelo y evitaremos fricciones. Presentamos unas tiras de manta de fibra sintética aislante sobre el suelo de cemento de la piscina y las fijamos con adhesivo. Cortamos el material sobrante siguiendo la forma de la piscina.
El agua y la chapa son conductores, así que para evitar problemas con la electricidad, colocaremos una toma a tierra.
Vamos a extender el liner con el que cubriremos toda la piscina. Presentamos la pieza y la vamos ajustando a la forma de la piscina. Hasta aquí ha llegado la primera parte de este tema pero, como imaginaréis, aún queda trabajo hasta tener la piscina a pleno rendimiento.