Comenzamos a taladrar unos orificios ciegos en las zonas de unión de las piezas que conformarán la estructura del banco. Para que coincidan bien los agujeros de todas las testas y los tubillones encajen perfectamente, emplearemos una guía de espigar. Teniendo en cuenta el diámetro de los orificios, realizamos los agujeros en las zonas de unión de las dos primeras piezas.
Para realizar el trabajo, emplearemos el taladro provisto de un tope de profundidad y una broca para taladrar madera. Después, aplicamos adhesivo de montaje en las zonas de unión, haciendo hincapié en los orificios.
Con la ayuda de un martillo de nailon, introducimos los tubillones.
Para que las piezas queden bien ensambladas, daremos unos golpes con un martillo de nailon y un listón, que utilizaremos a modo de mártir.
Siguiendo el mismo procedimiento, crearemos la U central de la estructura del banco. Taladramos unos orificios en el asiento y realizamos unos agujeros en las testas de las piezas. Las vamos uniendo con adhesivo de montaje y tubillones.
Continuamos montando el resto de la estructura siguiendo el mismo sistema de unión. Una vez que hayamos terminado de ensamblar las piezas, dejaremos a que el adhesivo se endurezca.
Vamos ahora con los cajones. Comenzamos con el primero. Para ello, emplearemos tres piezas de 19 mm. Para unirlas, utilizaremos el mismo sistema de fijación. De la misma manera, realizaremos otros dos cajones más.
Una vez que hayamos unido todas las piezas de nuestro banco cajonero, procedemos a colocar unas ruedas en la base de los cajones para poder moverlos con facilidad. Presentamos la primera rueda y con el atornillador y una punta adecuada, la fijamos empleando unos tirafondos.
En nuestro caso, colocaremos cuatro ruedas por cajón, que atornillaremos siguiendo el mismo procedimiento.
Una vez que hayamos creado la estructura, colocaremos unos fieltros protectores en la base. De esta manera, evitaremos que al moverlo, nuestro mueble dañe el suelo.
A continuación, colocaremos unas tapas en la parte frontal de los cajones para que éstos se integren mejor en el mueble y obtener así un mejor acabado. Presentamos la primera pieza, la sujetamos con unas pinzas dejando un margen en la parte inferior para que las ruedas giren libremente y con el atornillador y una punta adecuada, la sujetamos empleando unos tirafondos.
De la misma manera, fijaremos el resto de las tapas. Recordad que parar obtener un resultado más discreto, insertaremos los tirafondos desde el interior de los cajones.
Para terminar, atornillaremos una asa a cada cajón para facilitarnos el trabajo cada vez que queramos sacarlo y meterlo al interior del mueble
¡Trabajo finalizado! Ya tenemos nuestro banco cajonero. Con unos tableros y empleando la sencilla técnica de unión a base de tubillones, hemos creado este práctico, estético y ligero mueble. Gracias a sus múltiples funciones, podremos sentarnos en él y guardar a la vez objetos en su interior, de manera que conseguiremos mantener nuestra estancia ordenada.