En primer lugar, marcamos y cortamos los dos soportes del banco, empleando una sierra de cadena.
A continuación, dibujamos las hendiduras en las que encajaremos el asiento y la realizamos, fileteando las zonas con la misma sierra de cadena.
Cuando hayamos rematado los huecos, perforamos unos orificios para pasar los cables de las luminarias. Para hacer este trabajo, emplearemos el taladro y una broca para madera extra-larga, de un diámetro ligeramente mayor que el de la manguera eléctrica.
Tendremos que hacer orificios de modo que el cable de la luminaria baje pro el tronco y luego salga de nuevo.
El siguiente paso consiste en preparar el tablero que hará de asiento para recibir el producto de acabado. Así que, comenzaremos lijando la superficie hasta dejarla totalmente lisa.
Una vez que hayamos retirado el polvo producido, diluimos el barniz en un 30 % de disolvente y lo aplicamos en el asiento, con la ayuda de una paletina.
Esperamos a que el producto se seque, repasamos de nuevo la superficie de madera con la lijadora provista de una hoja de lija de grano fino y limpiamos el polvo producido.
Ya podemos dar una segunda mano de barniz, en este caso, sin añadir disolvente, volviendo a utilizar la paletina.
Transcurrido el tiempo de secado que nos indica el fabricante, pasamos los cables por los agujeros con la ayuda de una guía de electricista.
Unimos las luminarias a la toma de corriente, haciendo las conexiones en una regleta que, posteriormente, guardaremos en una caja de registros.
Unimos las luminarias a la toma de corriente, haciendo las conexiones en una regleta que, posteriormente, guardaremos en una caja de registros.
Finalmente, atornillamos la caja en la parte inferior del asiento y colocamos las grapas que sujetarán los cables.
De esta manera tan sencilla, hemos construido un banco rústico con luminarias, práctico y ornamental, que ha quedado perfecto en el jardín de nuestra casa.