Empezamos cortando las patas y la barra que formarán la estructura, utilizando la ingletadora.
A continuación, hacemos los agujeros en las patas para alojar la barra, con el taladro y una broca-pala del diámetro adecuado.
Realizamos también los orificios en la barra, tanto para las cuerdas que sujetarán los muñecos como para insertar los topes. En esta ocasión, emplearemos el taladro provisto de una broca para madera de Ø 6 y Ø 8 mm.
Para que el gimnasio apoye bien en el suelo, tendremos que cortar la base de las patas. Montamos la estructura, la presentamos sobre la mesa y trazamos las líneas de corte. Luego, llevamos a cabo la tarea utilizando de nuevo la ingletadora.
Es el turno del acabado. Repasamos bien las piezas de madera con la lijadora y una hoja de lija de grano fino, y retiramos el polvo producido.
Nos ponemos unos guantes de látex y aplicamos un lasur de color azul en las patas y otro rosa en la barra. Para hacer este trabajo, usaremos una paletina.
Con el producto ya seco, montamos la estructura: introducimos la barra en las dos patas de uno de los extremos y ponemos el tope. Hacemos lo mismo en el otro extremo.
Después, cortamos las cintas que evitarán que se abran las patas del gimnasio y las fijamos en su posición mediante grapas.
Una vez que hayamos sujetado los muñecos con las cuerdas, pasamos éstas últimas por sus correspondientes agujeros y hacemos los nudos.
¡Ya tenemos el gimnasio infantil totalmente terminado! Ahora sólo nos queda que los más pequeños de la casa lo estrenen, se entretengan… y se lo pasen en grande.