Lo primero que haremos es cortar los cuatro listones que harán de patas, con los extremos en ángulo de 15º. Para hacer este trabajo con mayor facilidad, utilizaremos la ingletadora.
A continuación, cortamos los listones superiores que serán los que nos servirán para colgar la ropa, empleando la misma herramienta. En este caso, les daremos una angulación de 45º.
Vamos ahora con las baldas. Cortamos las piezas a la medida deseada y les quitamos las cuatro esquinas; por diseño y para evitar que la ropa se nos enganche.
Con todas las piezas cortadas, realizamos unas muescas en los listones para encajar las baldas. Una vez que hayamos dibujado los alojamientos, pasamos la ingletadora un par de veces y vaciamos las zonas con el formón y una maza de madera.
Ya podemos unir las patas a los listones que harán de colgadores. Damos cola blanca en las zonas de unión y sujetamos provisionalmente con una mordaza. Luego, hacemos los agujeros empleando el taladro y una broca para madera con avellanador.
Sustituimos la broca por una punta adecuada e insertamos unos tirafondos, con el fin de reforzar las sujeciones. Hacemos lo mismo con las cuatro patas.
El siguiente paso consiste en preparar la superficie de madera para recibir el producto de acabado. Para eso, repasaremos bien todas las piezas con la lijadora provista de una hoja de lija de grano fino.
Después de retirar el polvo producido al lijar con un paño húmedo, aplicamos un barniz incoloro en los listones ayudándonos de un rodillo de espuma.
De la misma manera, damos un esmalte acrílico satinado, en este caso de color blanco, en las baldas. Nosotros os proponemos esta combinación, pero si queréis barnizar o pintar toda la estructura igual o con tonalidades diferentes, ¡a vuestro gusto!
Transcurrido el tiempo de secado que nos indica el fabricante, aplicamos cola blanca y fijamos las baldas en las patas. Finalmente, reforzamos las uniones con unos tirafondos.
De esta manera tan fácil, hemos conseguido un perchero original, con un diseño muy personal, en el que podremos colgar cómodamente nuestras prendas diarias, manteniéndolas ordenadas y siempre a mano.