Para calcular la cantidad de pintura necesaria, multiplicaremos el ancho de la pared por su altura, sin tener en cuenta la superficie de puertas y ventanas. Una vez calculado el número de metros, se divide esta cantidad por el rendimiento del producto, un dato que aparece en el envase.
Repararemos los posibles desperfectos de la pared con una pasta niveladora, adecuada para este tipo de trabajos, que extenderemos con una espátula.
Para que la pintura agarre mejor pasaremos un papel de lija por toda la superficie.
Cubrimos aquellas zonas que queramos proteger y limpiamos la superficie que vamos a pintar.
Elegiremos el tono que vamos a aplicar dentro de una amplia gama de colores. Nosotros nos hemos decantado por una pintura plástica para interiores, de alta cubrición y acabado mate, que se puede utilizar en todo tipo de habitaciones, cocinas y baños.
Recortamos los ángulos y uniones con una brocha y en el resto de la superficie emplearemos un rodillo de pelo mediano, que es el más adecuado para la aplicación de pintura satinada o mate.
Para terminar el trabajo, retiraremos el plástico protector y dejaremos secar la pintura. Con este tipo de productos, pintar está al alcance de cualquiera.