Tenemos un aplique de pared que tiene 3 hojas metálicas a modo de decoración. Como una de las hojas se ha roto, vamos a ver cómo reconstruirla.
Como hemos perdido la pieza que se ha roto utilizaremos una masilla reparadora para reconstruirla. Comenzaremos lijando la zona a reparar con una lija de mano de grano medio especial para metal.
Presentamos una plantilla que reproduce el motivo decorativo y marcamos la zona que le falta y que tendremos que reconstruir.
Cortamos el trozo de masilla que vamos a necesitar y lo amasamos. Como el grosor de la hoja que vamos a reconstruir es muy fino, sobre una superficie lisa aplanamos el producto con un rodillo de goma. Después, ponemos encima la plantilla y marcamos la forma. Repasamos la silueta con un cortante y retiramos el producto sobrante.
Colocamos la pieza de masilla en el aplique, presionando ligeramente para unirlo a la estructura metálica. Modelamos la hoja y con un buril marcamos los nervios de la misma.
Cuando el producto se haya endurecido, repasamos la zona de unión con una lija de mano de grano fino para igualarla con la estructura metálica.
Ahora sólo tendremos que pintar la zona reparada del mismo color que el resto de la pieza.
Con el arreglo ya terminado podremos colocar de nuevo el aplique en la pared.