Comenzamos tomando bien las medidas del hueco que ocupaba el cristal y encargamos un espejo de ese tamaño.
A continuación limpiamos bien el marco de los restos de cristales y masilla que pueda quedar.
Le damos la vuelta y por la trasera realizamos unos orificios guía que nos servirán para colocar dos hembrillas una a cada lado.
Ubicamos el espejo sobre el marco colocamos un cartón protector y sobre él apoyamos el martillo con el que introduciremos las puntas que sujetarán el espejo.
Una vez que lo tengamos sólo nos falta realizar los orificios en la pared con el taladro y una broca de widia.
Introducimos los tacos y colocamos las escarpias para poder colgar el espejo gracias a las hembrillas que hemos colocado anteriormente.
Hemos logrado una pieza vintage que le dará un toque especial a cualquier rincón de nuestra casa.