La duración de los alimentos en buen estado se determina en base a una serie de evidencias y criterios científicos. La verdad es que el denominado “consumo preferente” y la caducidad no es lo mismo, lo que lleva a la confusión de si comernos ese yogur que lleva caducado unos días o no.
Pero como hemos dicho anteriormente, si se preserva la cadena de frío, es muy complicado que el producto se vea afectado por microorganismos como levaduras o mohos, que supongan un peligro para nuestra salud.
Si el yogur tiene un olor y/o un sabor raro, es una clara señal de que no es apto para degustarlo. Estos microorganismos a veces hacen que la tapa del yogur se “abombe”, e incluso, pueden introducirse dentro del yogur antes de la fecha de caducidad si el envase del mismo está estropeado.
También podemos encontrar moho en el yogur, con lo que lo más probable es que su Ph se haya visto modificado y las bacterias estén produciendo una putrefacción del producto.
Por lo tanto, concluimos que es seguro comer un yogur que lleve días caducado. Lo único que puede suceder es que si el yogur lleva mucho tiempo “caducado”, su sabor será demasiado ácido para nuestras papilas gustativas. Por ello se colocan las fechas de caducidad en estos productos, para evitar que el yogur adquiera ese sabor ácido tan desagradable.