En Cocina Abierta, desmentimos falsos mitos y te damos el truco definitivo para cortar cebolla sin derrochar ni una lágrima.
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Hogarmania, 4 de octubre de 2019
Técnicas de cocina
En Cocina Abierta, desmentimos falsos mitos y te damos el truco definitivo para cortar cebolla sin derrochar ni una lágrima.
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Hogarmania, 4 de octubre de 2019
Pelar y picar cebolla puede convertirse en una tarea muy molesta. Hay muchos remedios caseros que prometen evitar las lágrimas. Sin embargo, la mayoría de estos son poco o nada eficaces; como, por ejemplo, aquel que consiste en ponerte una cáscara de cebolla en la cabeza mientras cortas.
En Cocina Abierta, tenemos el truco definitivo para no llorar al cortar cebolla que te hará esta tarea mucho más sencilla y agradable:
La cebolla desprende una sustancia llamada alinasa al cortarla. Esta, a su vez, emite propanotial, un aceite esencial sulfarado muy irritante y volátil que, al entrar en contacto con la nariz y los ojos, irrita las mucosas. La respuesta natural de nuestro cuerpo para diluir este compuesto y lavar los ojos son las lágrimas.
Repasamos algunos de los trucos más difundidos por las redes, que seguro que has probado alguna vez, y cuya eficacia es más que dudosa en muchos casos:
El primero de ellos es todo un clásico y consiste en ponerse gafas de bucear mientras cortamos la cebolla. En este caso, no serviría de nada porque la sustancia irritante que emite la cebolla es muy volátil y pasaría a los ojos a través de las fosas nasales. ¿La solución? Taparte también la nariz con una pinza. Un poco aparatoso, ¿verdad?.
Entre los trucos más llamativos y nada efectivos está el de ponerse una cáscara de la propia cebolla en la cabeza mientras continúas picando.
También hay quienes afirman que la solución está en sumergir la cebolla en agua fría mientras la cortamos. Puede que sea verdad que de esa forma evitemos que la sustancia irritante llegue hasta nuestros ojos, pero es muy complicado cortar una cebolla sumergida en agua; más aún si queremos cortar en juliana o brunoise.
Otra opción es pasar un algodón humedecido en vinagre por el cuchillo que utilizaremos para cortar la cebolla. Sin embargo, la hortaliza coge un cierto sabor y olor a vinagre.
Por último, y quizás el truco más convincente: meter la cebolla en el congelador unos minutos antes de cortarla. El frío evita o al menos reduce la emisión de estas partículas irritantes tan molestas.
Algunos de los trucos mencionados anteriormente son más efectivos que otros. Sin embargo, la técnica más utilizada por los cocineros, y la más rápida y eficaz a la hora de la verdad, consiste en tener un buen cuchillo y una buena técnica:
Es muy importante dejar intacta la parte más pegada al rabo de la cebolla, ya que es la que mayor lagrimeo provoca. También puedes extraer el bulbo interior de la cebolla antes de empezar a cortarla. Y ahora, sólo necesitas practicar. ¡Vamos a ello!