Juan Mari Arzak elabora una receta de compota de manzana y uchuva, también llamado physalis.
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Juan Mari Arzak, 15 de diciembre de 2015
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Juan Mari Arzak elabora una receta de compota de manzana y uchuva, también llamado physalis.
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Juan Mari Arzak, 15 de diciembre de 2015
Hoy vengo con una fruta muy curiosa. Nosotros le llamamos uchuva y es physalis peruviana, aunque en el mundo se conoce con otros muchos nombres: Alquejenje o Alquequenje, Aguaymanto, Uvilla, Cereza de Perú, tomatillo, bolsa de amor...
Pertenece a la familia de las Solanáceas (como la patata, el tomate e incluso el tabaco). Las physalis es un grupo que incluyen más de cien especies, como el tomate de árbol.
En el cabo de Buena Esperanza se introdujo por los portugueses y fue bautizada con el nombre de "Uva espina del Cabo". La trepadora perenne es natural del Perú, fue adoptada por los mexicanos y actualmente se cultiva tanto en Perú como México, Colombia, Sudáfrica y España (en concreto en Huelva).
Durante muchos años solo se usaba como planta ornamental y decorativa. El fruto del alquejenje aparece en la planta colgando como pequeños farolitos donde se junta la hoja con el tallo, muy parecido a la planta de jardín llamada "Farolito Chino". Se encuentra envuelto por un capullo verdoso en un comienzo y se va tornando beige o castaño a medida que avanza la maduración. Dentro de los capullos encontramos una baya esférica de color amarillo dorado o anaranjado. Su pulpa tiene la textura similar a la del tomate, pero las semillas son más pequeñas y crocantes. Su sabor es ácido y muy refrescante, de gusto agridulce y muy aromático.
Se deben comprar siempre las que estén maduras, las de color amarillo anaranjado.
Se conservan muy bien durante varios meses dentro de un recipiente cerrado.
Muchas veces lo hemos utilizado como elemento decorativo en diferentes platos. Pero también se puede utilizar en la preparación de salsas, guisos, helados, tartas, confituras, zumos... Pero una de sus principales aplicaciones es en la elaboración de mermeladas y compotas. Y eso es precisamente lo que vamos a preparar hoy: Una compota.
Colocamos todos los ingredientes de la compota en una cazuela y los cocemos a fuego suave durante 20 minutos.
Mezclamos en una cazuela el agua con el azúcar y el clavo. Abrimos la vaina de vainilla y la añadimos. Incorporamos las uchuvas y las cocemos a fuego suave durante 25 minutos, de manera que se hidraten y mantengan su forma.
Una vez cocida la compota y las uchuvas, sólo nos queda presentar el plato. Para ello pondremos unas galletitas finas (por ejemplo, de mantequilla), así como flores y unas hojas de menta.