Un pan delicioso que puedes rellenarlo con aquello que mas te guste.
Pan de pita
Ingredientes
- 500 gr. de harina de fuerza
- 300 gr. de agua (puede que necesites un poco menos, depende del tipo de harina)
- 10 gr. de sal
- 5 gr. de levadura
- 30 gr. de aceite de oliva
Elaboración
En un bol ponemos la harina, le añadimos la sal y mezclamos. Formamos un agujero en el centro a modo de volcán y en él echamos el aceite, el agua (reservando una poca por si no necesitamos toda) y la levadura desmenuzada.Con una mano nos ayudamos para sujetar el bol y con la otra vamos integrando todos los ingredientes hasta formar una masa que podamos trabajar. Volcamos en la encimera y trabajamos hasta conseguir una masa lisa y brillante. Podemos jugar con los amasados/reposos que para este tipo de masas funcionan de maravilla y no da trabajo ninguno.
Ponemos la masa de nuevo en el bol, tapamos y la dejamos reposar. Me gusta hacerla de un día para otro y dejarla fermentando en frío. Si lo hacéis así, tenéis que dejarla a temperatura ambiente hasta que empiece a levar para no retardar demasiado su fermentación.
Una vez fermentada, espolvoreamos la mesa de trabajo con harina y volcamos la masa, desgasificamos y repartimos en 10/12 pedazos (si queréis las podéis pesar para que vayan todas iguales.
Formamos bolitas, las dejamos un par de minutos para que se relaje un poco la masa y estiramos en el rodillo. Con el rodillo tenemos que ser cuidadosos para que no se nos pegue la masa, ni se desgarre o forme arrugas ya que no se hincharían. No quiere decir que no salgan buenos, pero no los podríamos rellenar.
Introducimos en el horno previamente precalentado a 250º, durante unos 8 o 9 minutos. Una vez fuera del horno, los tapamos con un paño limpio para que cojan humedad y queden más buenos.
Puedes sustituir parte de la harina, o incluso toda, por harina integral haciendo así panes más saludables. Dependiendo del tipo de harina y la dureza del agua puede ser que necesites un poco menos o incluso algo más. Por tanto, la cantidad es aproximada.
Congelan muy muy bien, así que una vez fríos los metemos en una bolsa y al congelador. Para descongelar con un pequeño toque de micro ya está. Puedes jugar con los rellenos que más te gusten porque admiten de todooooo.
