Sólo escuchar el nombre del plato, risotto de champiñones sin nata me hace salivar. El risotto de setas es uno de mis platos favoritos. El risotto es un plato típico de la Lombardía y el Veneto aunque su consumo se ha extendido a toda Italia y prácticamente a todo el mundo.
Su particularidad reside en la cremosidad del arroz, fruto principalmente del almidón que liberan los dos tipos de arroz más utilizados en su preparación: el arroz arborio y el carnaroli. Esto posibilita preparar un risotto de champiñones cremoso sin necesidad de añadir nata.
Risotto de champiñones
Ingredientes
- 350 gr. arroz arborio (o carnaroli)
- de 1 a 1,5 litros caldo de pollo o de verduras
- 1 cebolla grande
- 250 gr. champiñones
- 1/2 copa de coñac o 1 copa de vino blanco al gusto
- sal al gusto
- pimienta negra molida
- 5 ó 6 cucharadas aceite
- 35 gr. queso parmesano rallado
- 1 cucharada mantequilla (opcional)
Elaboración
Paso 1: Lo primero es poner a calentar el caldo de pollo o de verduras o incluso podría ser agua, aunque con el caldo siempre va a quedar más sabroso. Mientras tanto, pela y ralla la cebolla y rehógalo en una cazuela con unas cinco o seis cucharadas de aceite.Remueve de vez en cuando para que no se queme la cebolla y, pasados unos tres minutos, añade los champiñones laminados y mézclalos bien con la cebolla
Paso 2: Pasados unos tres minutos, cuando los champiñones ya han soltado el agua, añade media copa de coñac o, si lo prefieres, puedes poner una copita de vino blanco. Déjalo evaporar un par de minutos, pon un poquito de sal, un poquito de pimienta negra molida y echa el arroz.
Cuando ya está bien mezclado empieza a añadir el caldo de pollo que ya está hirviendo. Para hacer el risotto, no añadas todo el líquido que vayas a necesitar de golpe sino que pon al principio una cantidad suficiente para que quede caldoso y déjalo hervir, a fuego moderado, el tiempo que nos indique el paquete de arroz que estés utilizando, removiendo a menudo y añadiendo caldo cada vez que veas que se está quedando seco.
Para 4 personas necesitarás unos 350 gramos de arroz y tendrás que añadir entre un litro y un litro y medio de caldo.
Paso 3: Cuando el arroz ya está en su punto, apaga el fuego y añade el queso parmesano rallado y, si quieres, una cucharadita de mantequilla. Yo he preferido hacerlo más ligero y no le he puesto mantequilla. Lo remueves muy bien para que se mezcle bien el queso y ya lo puedes servir y comer recién hecho.