Conejo al ajillo

Cuando una receta sabe más qué bien, para qué cambiarla. Así hacía mi madre el conejo al ajillo y así lo hago yo. Hoy una receta tradicional para mojar mucho, mucho pan. El conejo al ajillo es una receta saludable, fácil, económica y pocos ingredientes. El conejo al ajillo es un segundo plato perfecto para tomar después de una crema o sopa. Como acompañamiento, nada le va mejor que unas clásicas patatas fritas o una rica y sabrosa ensalada aunque sea solo de hojas verdes y tomate. Mira que tan fácil es cocinarlo visualizando el vídeo.

Ingredientes

  • 1 conejo troceado 
  • 1 cabeza de ajos 
  • 1 vaso de vino blanco 
  • hierbas aromáticas (perejil, estragón, tomillo, romero,...)

Elaboración

1. Salpimentamos el conejo y reservamos hasta necesitarlo

2. En una cazuela, con un poco de aceite ponemos a dorar los ajos procurando no quemarlos. Retiramos y reservamos.

3. En ese mismo aceite que ya estará aromatizado, vamos friendo los trozos de conejo hasta conseguir ese dorado homogéneo que nos hará salivar. No te preocupes si no entran todos los trozos. Hazlo por tandas. Ya entraran todos después.

4. Agregamos de nuevo los dientes de ajo a la cazuela pero esta vez pelados. Damos unas vueltas para integrarlos.

5. Vertemos el vaso de vino y las hierbas aromáticas. Subiremos el nivel de fuego para una óptima evaporación del alcohol.

6. Pasados un par de minutos, bajamos de nuevo el fuego a nivel bajo, tapamos la cazuela dejando un hendidura para que salga el vapor y dejaremos cocinar hasta que la carne de conejo este bien blandita. No tengamos prisa.

7. Volteamos la carne de vez en cuando para asegurarnos una cocción homogénea. Cuando esté a nuestro gusto, retiramos y servimos bien calentito. ¡Buen provecho!