Cheesecake fácil, rápida y sin horno

Cheesecake fácil, rápida y sin horno, cuando me apetece algo dulce y delicioso pero a la vez rápido, siempre pienso en esta tarta, que además es todo un éxito, allí donde la llevo todos quedan encantados con su sabor. ¡¡No dejes de probarla!!

Ingredientes

250 g Galletas tostadas molidas
100 g Mantequilla sin sal
600 g Queso crema tipo philadelphia (Queso crema untable)
400 g Leche condensada
500 ml Nata para montar o crema de leche para batir
8 Hojas de gelatina o 14 gramos de gelatina o grenetina en polvo)
Al gusto Ralladura de limón sin nada de blanco
Una cucharadita de zumo de limón
Al gusto Mermelada de arándanos
Molde desmontable de 23 cm de diámetro
Papel de hornear
Hoja de acetato (Sirve también papel de hornear)

Elaboración

Preparamos la base de la tarta picando las galletas hasta reducirlas a polvo, fundimos la mantequilla unos segundos al microondas y la vertemos sobre las galletas molidas, mezclamos muy bien, colocamos la mezcla de galletas en el molde desmontable al cual le pondremos papel de hornear en el fondo y papel de acetato o de hornear por los laterales interiores para que sea muy fácil desmoldarla, colocamos la mezcla de galletas hasta que quede una base firme y compacta, la dejamos reservada en la nevera.
En un bol amplio ponemos abundante agua fría en la cual hidratamos las hojas de gelatina unos 5 minutos.
En un bol amplio ponemos la nata pero antes reservaremos unas 5 cucharadas, el resto de nata la batimos bien fría y con varillas eléctricas hasta que forme picos suaves solo hasta semi-montarla, la reservamos en la nevera.
En un recipiente amplio ponemos el queso crema, la leche condensada, una cucharada de zumo de limón y un poco de ralladura de piel de limón, batimos hasta incorporar bien todos los ingredientes, calentamos la nata que reservamos durante unos segundos en el microondas, después disolvemos en la nata la gelatina hidratada y bien escurrida, mezclamos la gelatina con la crema de queso y leche condensada batiendo un poco, añadimos la nata semi-montada con cuidado de que son se baje, una vez todo bien incorporado se vierte sobre la base de galletas, dejamos en la nevera de 4 a 6 horas o hasta que se cuaje.
Desmoldamos la tarta y la colocamos en la bandeja de servir, cubrimos por encima la tarta con la mermelada y listo para disfrutarla. La reservaremos en la nevera para que este bien fresquita antes de servir. ¡¡Probadla os va a encantar!!