Madalenas de chocolate (sin gluten)

Para el desayuno o la merienda, las magdalenas caseras de chocolate sin gluten son perfectas para los niños. Además, la seductora fragancia a chocolate de las magdalenas al hornearse las hace difíciles de rechazar.

Ingredientes

  • 210 gr. harina panificable sin gluten 
  • 3 huevos 
  • una pizca de sal 
  • 170 gr. azúcar 
  • 80 ml. leche 
  • 170 ml. aceite 
  • 10 gr. levadura química o polvos de hornear 
  • 3 gr. goma xantana (si la harina no contiene) 
  • 50 gr. cacao puro en polvo

Elaboración

Paso 1: Para empezar, mezcla la levadura en polvo, el cacao puro en polvo y la harina sin gluten. Una pizca de sal y tres gramos de goma xantana son adiciones opcionales. Como la harina que yo utilizo ya contiene estos dos ingredientes, no los añado. Reserva la mezcla una vez que todo se haya combinado.

Paso 2: Se juntan tres huevos enteros y el azúcar en un cuenco y se baten con una batidora eléctrica hasta que los huevos blanqueen y doblen su tamaño. Batir mientras se añaden la leche y el aceite.

Paso 3: Añadir la mezcla de harina, cacao y levadura después de haber combinado la leche y el aceite, tamizando la mezcla en dos o tres tandas.

Paso 4: La masa de las magdalenas está preparada, y ahora reposará una hora más en el frigorífico mientras se envuelve con film transparente. Preparamos la bandeja del horno con una hoja de papel de hornear mientras reposa la masa. Para hornear más magdalenas a la vez, utilizamos un molde para magdalenas o moldes individuales de silicona, que son bastante útiles. Y colocamos una cápsula de papel dentro de cada molde.

Paso 5: Cuando la masa esté bien fría, la sacamos de la nevera, le damos un pequeño batido y notaremos que ha espesado. La repartimos uniformemente entre los moldes, llenándolos un poco más de la mitad para evitar que rebosen porque la masa subirá mucho al hornearse.

Paso 6: Con estos ingredientes me salieron 18 magdalenas. Las colocamos en un horno precalentado a 220 grados, en una bandeja en la parte inferior del horno y al poco tiempo bajamos a 180º. Tenlas 15 minutos. Pasado ese tiempo, comprobamos si están terminados con un palillo, y si sale limpio, ya podemos retirarlos.

Fíjate en cómo han subido, en la cima que forman y en lo deliciosos que parecen. Cuando los muerda, se dará cuenta de lo buenos que están por dentro: esponjosos y deliciosos. Déjalos enfriar sobre una rejilla.