Saborea una cucharada de esta mousse de galleta María sin gluten para obtener una sensación que desafía cualquier descripción.
Mousse de galleta María
Ingredientes
- 32-35 galletas María sin gluten
- 200 ml. leche
- 25 gr. azúcar (opcional)
- 200 ml. nata para montar
Elaboración
Paso 1: Lo primero es trocear las galletas María sin gluten dentro de un vaso triturador. Para 4 mousses yo he puesto 22 galletas pero podemos añadir más galletas o más leche hasta obtener la textura que busques.Paso 2: Calienta la leche un poco y añádela al vaso triturador por encima de las galletas para que se empapen bien de la leche y se ablanden. Apriétalas un poco con la cuchara para que queden todas bien cubiertas y espera cinco o diez minutos para que se ablanden bien.
Paso 3: Pasado este ratito, las galletas ya están bien blandas y ya las puedes triturar con el brazo triturador. La textura tiene que ser más o menos espesa, según tu gusto, pero más líquida no te iría bien para montar el vaso de mousse. Reparte la mezcla en cuatro vasitos y resérvalos en la nevera media horita.
Paso 4: Mientras tanto, trocea unas 10 galletas más dentro del vaso de la batidora y bate muy bien hasta que quede un polvo fino de galleta.
Paso 5: Ahora monta la nata que habrás tenido en la nevera hasta el último momento para que esté bien fría. Yo le añado 25 gramos de azúcar porque me gusta que la nata tenga un punto de dulzor pero, si no quieres añadir el azúcar, no es necesario. Bate con las varillas eléctricas hasta que esté bien firme. Y ya puedes montar los vasitos de mousse de galleta Maria sin gluten.
Paso 6: Saca los vasitos de la nevera, pon como un dedo de galleta triturada en cada vaso. Muévelos un poco para allanar la galleta y haz lo mismo con cada vaso. Sólo falta poner la nata por encima con la ayuda de una manga pastelera. Si quieres, a modo opcional, puedes espolvorear un poquito de galleta triturada por encima.
Ya está listo para comer y te aconsejo que hundas la cuchara hasta el fondo para poder coger al mismo tiempo un poquito de cada una de las tres capas, así el placer está asegurado.