Orejas de Carnaval

Receta tradicional, uno de esos dulces que nos recuerdan los tiempos de nuestra niñez o cuando nuestras madres o abuelas los preparaban y cómo se hacían para días festivos aún nos da más alegría ese recuerdo.

Ingredientes

500 gr Harina de trigo (Cantidad aproximada será la que requiera la masa)
200 gr Harina extra por si lo requiere la masa
100 gr Mantequilla sin sal (Fundida)
2 Cucharadas de azúcar
Ralladura de piel de 1/2 limón (Sin blanco)
1 Cucharadita de sal
10 gr Levadura Royal o polvo de hornear (Levadura química)
2 Huevos
50 ml Agua templada
80 ml Zumo de naranja (El zumo de una naranja recién exprimida)
50 ml anís seco (Aguardiente)
Abundante aceite para freír (Yo he utilizado de girasol)
Al gusto azúcar glas o azúcar blanco y canela para emborrizar las orejas cuando estén terminadas

Elaboración

Comenzamos preparando la masa. Disolvemos la sal en el agua tibia y reservamos.

En un bol amplio ponemos los huevos y los batimos ligeramente. Añadimos el resto de ingredientes líquidos, el anís seco, el zumo de naranja, el agua con la sal disuelta y la mantequilla fundida. También añadimos la ralladura de limón y el azúcar y mezclamos muy bien. Añadimos a la harina la levadura e iremos añadiendo harina a la mezcla anterior poco a poco y removiendo muy bien.

Cuando ya tengamos una masa espesa, la volcamos sobre la encimera e iremos añadiendo harina y amasando hasta obtener una masa que no se pegue a las manos. Amasaremos unos 5 minutos y añadiendo la harina que haga falta hasta que quede una masa manejable, elástica y tierna (no debe quedar muy dura). Dejamos descansar la masa en el bol con un poco de harina por encima y tapada con un paño al menos 30 minutos (mejor 1 hora).

Pasado el tiempo de reposo, ponemos un poco de harina sobre la encimera y cortamos porciones de masa del tamaño de un huevo pequeño y con ayuda de un rodillo las estiramos hasta dejarlas muy finas (ver el video para entender mejor la explicación). Una vez estiradas, las colocamos en una bandeja sobre un paño limpio de cocina y sin que estén unas encima de otras.

Cuando las tengamos todas estiradas, ponemos abundante aceite en una sartén y lo calentamos sin que llegue a humear. Iremos friendo las orejas dándole la forma o dejándolas a nuestro gusto. Las freímos hasta que estén bien doraditas. Después las sacamos del aceite y las colocamos en una bandeja con papel absorbente, las espolvoreamos con azúcar por las dos caras y solo nos queda disfrutarlas.

Aguantan en perfecto estado hasta una semana cubiertas con un paño limpio. Probadlas, os van a encantar.