Rosquillas de anís

El inconfundible aroma de estas deliciosas rosquillas de anís sin gluten hace que sea imposible resistirse a ellas. Es imposible parar una vez que empiezas a comerte otro.

Ingredientes

Ingredientes para 6 raciones (35 minutos): 

  • 350 gr. harina común sin gluten 
  • 100 ml. aceite suave 
  • 75 gr. azúcar 
  • 25 gr. anís 
  • 1 huevo 
  • 100 ml. leche 
  • la ralladura de la piel de un limón 
  • 10 gr. levadura química o polvos de hornear

Elaboración

Paso 1

Rallar primero la piel del limón, teniendo cuidado de no rallar la piel blanca, ya que amargaría, y reservarla.

Paso 2

En un bol, mezclar el azúcar y el huevo entero. Batir la mezcla hasta que blanquee. Añadir la leche, el aceite, la ralladura de limón y el anís. La harina y la levadura en polvo deben mezclarse antes de añadirlas de golpe a la mezcla anterior. Para evitar que la harina salpique, remover un poco la mezcla mientras las varillas eléctricas están apagadas. Después, pulse el botón para mezclar bien la mezcla.

Paso 3

En este momento se han añadido 350 gramos de harina sin gluten, pero si ves que la masa todavía está demasiado líquida, puedes añadir harina adicional poco a poco hasta que tengas una masa trabajable que se pueda formar en rosquillas. Si se añade demasiada harina, los roscos quedarán demasiado secos, por lo que es mejor ir añadiendo poco a poco. Si resulta demasiado complicado batir, utilizar una espátula para mezclar.

Paso 4

Una vez que la masa haya alcanzado una consistencia más uniforme, pásala a la superficie de trabajo previamente espolvoreada.

Añadir media cucharada más de harina si sigue estando demasiado pegajosa. Formar una bola y dejar reposar en un cuenco, tapada, durante unos 30 minutos, o hasta que ya no se adhiera a las manos pero aún esté algo blanda.

Paso 5

La masa adquiere la consistencia adecuada para crear rosquillas después de reposar 30 minutos. Coge una pequeña cantidad de masa, haz una bola con ella y, con el dedo, haz un agujero más grande en el centro del rosco.

Intenta mantener un grosor similar en todo el rosco para que se fría uniformemente. Repita el procedimiento con el resto de la masa, colocando los productos terminados sobre papel de horno. Con estas cantidades pude hacer 23 rosquillas bastante grandes.

Paso 6

Cuando una sartén esté caliente y llena de aceite, añadir las rosquillas, con cuidado de no llenar demasiado la sartén porque el tamaño de los roscos se expandirá a medida que se cocinen. No es necesario que el aceite esté demasiado caliente; yo lo pondría en el nivel 7 de 9 porque si está demasiado caliente, el interior quedará crudo y el exterior se dorará rápidamente.

Paso 7

Dales la vuelta y, cuando ambos lados estén dorados, sácalos, ponlos sobre un trozo de papel para que absorba parte del aceite y, mientras aún están calientes, espolvoréalos con azúcar.