Para el cabecero se ha recreado un embarcadero utilizando la pintura.
Cualquier detalle puede ser un elemento perfecto para darle un toque más marino a la decoración. En este caso, un cojín con forma de pez.
Al mueble y a la mesita se le ha dado un cambio de estilo de una manera muy sencilla: pintando la superficie de manera suave, sin incidir sobre los recovecos.
Unos sencillos jarrones pequeños con piedras de la plata en su interior lograr ambientar este domitorio en un ambiente natural, refrescante y veraniego.
En esta ocasión hemos optado por reutilizar una vieja tabla de surf para crear dos originales baldas para la pared. Puedes ver aquí el paso a paso sobre cómo hacer baldas con tabla de surf.
Unas cajitas de color rosa claro y unos cuadros llenos de color junto a una lámpara del mismo estilo completan la decoración de este dormitorio.
La cama la hemos vestido con un cubrecama blanco y con un conjunto de cojines bien mullidos.
Para cubrir la ventana se ha optado por colocar un estor enrollable de color blanco que deja entrar la luz y protege de las miradas del exterior.
Unas conchas de mar sobre la mesita de noche le dan un toque aún más surfero, natural y relacionado con el mar.
Hemos jugado con diferente elementos naturales. Estos dos troncos cumplen una doble función: como cabecero de cama y también son el inicio del embarcadero que se ha simulado en la pared.
El nuevo color de las baldas el da un aspecto juvenil y fresco a esta zona del dormitorio.