Dependiendo de la forma que tenga la mesa, se creará un ambiente u otro y marcará la relación entre los comensales. Por lo general, las mesas rectangulares hacen que la comida se jerarquice. Es decir, la persona que se ponga en uno de los lados más estrechos, suele ser la persona más importante en esa comida. En cambio, un tipo de mesa redonda hace que las comidas entre los comensales sean de igual a igual. Por ello, es muy importante tener en cuenta que las mesas rectangulares fomentan las jerarquías y las redondas la igualdad.
El material es un aspecto que tiene un papel muy importante a la hora de la estabilidad. Por ejemplo, las mesas que combinan madera y cristal, aportan menos estabilidad que las de madera. Y las mesas de cristal solamente, aportan aún menos. Así todo, si se tiene una mesa de cristal, se puede colocar un tapete o mantel para darle esa solidez e imagen de estabilidad, logrando una comida más serena.
A la hora de elegir los tapetes o manteles para vestir una mesa de comedor, el color también juega un papel fundamental. Habrá que escoger un color que combine con la decoración general del comedor, pero así todo hay que tener en cuenta que los colores transmiten diferentes sensaciones. Por ejemplo: un mantel de color naranja puede dar mayor conversación entre los comensales, además de abrir el apetito. Los colores tierra por ejemplo, dan sensación de relajación y ayudan a que se cree una atmósfera embriagadora.
Puede ocurrir que si tienes una mesa grande, los comensales estén un tanto dispersos entre sí. Para evitar eso, se puede colocar un centro de mesa con elementos que tengan formas redondas. Las formas redondas ayudan a que la gente se centre más en torno a ese elemento redondo. Así todo, también se pueden utilizar otro tipo de elementos como las plantas o las flores.
El tamaño puede varias mucho y por lo general está condicionado al espacio que se tenga en esa estancia. Puede ocurrir que se tenga una mesa grande pero que en realidad las personas que vayan a utilizarla sean pocas. En esos caso, lo mejor es que los comensales estén en un lado de la mesa y en el otro se vista la mesa con un centro y un mantel o un camino de mesa. De esta manera, se logra que la sensación de distancia sea menor y que la mesa no quede vacía y fría.
Por último, es muy importante tener en cuenta la ubicación que va a tener la mesa. Es fundamental delimitar la zona de la mesa. Para ello se puede utilizar una alfombra bajo la mesa, unos cuadros, una planta en alguna esquina, etc. Lo importante es que esa zona esté delimitada y que los comensales no tengan la sensación de que están sentados en medio de la nada. Así se le dará mayor estabilidad a esa zona creando un ambiente agradable.