Hace apenas unos días nos hacíamos eco de un informe de ARAG Seguros donde el 70% de los propietarios de pisos de alquiler confesaban el temor de que la crisis convirtiera a sus inquilinos en morosos.
En consecuencia, y según datos del mismo informe, un 20% de los propietarios aseguran que "prefieren tener su piso vacío y sin rentabilizar porque las rentas no les compensan de los problemas que pueden llegar a tener: largos y costosos procesos de desahucio, daños en el inmueble...".
Por ello, resulta casi de vital importancia preguntarse de qué perfil de inquilino se fían más los caseros. El informe de ARAG coincide con otros estudios en describir al inquilino con menor riesgo de morosidad como aquél que:
Cuenta con un contrato laboral estable -nómina fija, contrato indefinido...- y una antigüedad superior a un año.
No destina más del 45% de los ingresos al pago de la renta.
Carece de antecedentes de morosidad.
Cosa de dos
Qué duda cabe que estos apuntes nos pueden dar pistas para tomar una buena decisión, pero no deberíamos perder de vista que el alquiler también es cosa de dos y, al igual que ocurre en las parejas, puede fallar por culpa de una u otra parte. Ambos -casero e inquilino- tienen derechos y obligaciones y no siempre son conocedores al 100% de ellos.
De la misma manera, puede ocurrir que un inquilino que no se entienda con un casero lo haga sin problemas con otro, y viceversa. Porque acertar o no cuando se alquila una vivienda depende también -además de la imprescindible solvencia económica del inquilino y de su grado de responsabilidad- del factor humano: buen entendimiento personal, calidad de la comunicación, respeto y confianza que se haya establecido entre ambas partes...
Apuesta por el alquiler
Con todo, el alquiler es una de las mejores opciones para acceder a una vivienda, y más aún en una época donde el crédito no fluye, las condiciones de las hipotecas son cada vez más duras y el precio de los pisos sigue por encima de lo razonable y económicamente sostenible.
Pero las ventajas del alquiler no sólo contribuyen a no hipotecar de por vida el delicado estado de salud de nuestra solvencia económica. Sin ir más lejos, en su último boletín económico el Banco de España apuesta claramente por el mercado del alquiler para reducir la tasa de paro ya que facilitaría la movilidad geográfica de los trabajadores. Fomentar el alquiler frente a la compra también contribuiría, asegura el BDE, a evitar sobrevaloraciones en los precios de la vivienda y a absorber el exceso de oferta residencial.
El estudio del BDE constata, en cambio, que de los 12 países analizados España es el que posee un peso del mercado de alquiler más reducido (alrededor del 10%), frente a países como Alemania o Francia donde la proporción de vivienda alquilada supera el 40% o como en el Reino Unido, donde ser roza el 30%.
Queda pues todavía mucho camino por andar y muchos obstáculos por superar -legales, fiscales, financieros y culturales-, para que el alquiler en España tenga un peso en el mercado de la vivienda que se asemeje al de la mayoría de nuestros vecinos europeos. Solo el paso de los años nos mostrará si hemos aprendido o no alguna lección de la dura crisis económica en que estamos inmersos, sobre todo, como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria.
Fuente: Yaencontre.com