Los expertos del comparador bancario HelpMyCash.com aseguran que existen varias maneras de evitar el impago de una hipoteca.
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Hogarmania, 23 de abril de 2019
Economía
Los expertos del comparador bancario HelpMyCash.com aseguran que existen varias maneras de evitar el impago de una hipoteca.
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Hogarmania, 23 de abril de 2019
Aunque lo peor de la crisis ya ha pasado, todavía hay muchas familias españolas a las que les cuesta llegar a fin de mes, lo que a veces se traduce en dificultades para pagar las cuotas de la hipoteca. Estar en esta situación nunca es plato de buen gusto, pero desde el comparador online HelpMyCash.com aseguran que existen varias maneras de evitar la demora para no perder la casa ni endeudarse todavía más.
Según este comparador, antes de que se produzca el impago hay que acudir directamente al banco para negociar posibles soluciones. Una de ellas puede ser pedir un período de carencia total o parcial, durante el que no se nos cobran mensualidades o se abona únicamente la parte correspondiente a los intereses. Y otra puede consistir en la extensión del plazo, con la que se reduce el importe de las cuotas.
En ambos casos, eso sí, se pagan más intereses a la larga, aunque así se evita el impago y las consecuentes sanciones por la demora. Asimismo, se deben abonar los gastos de formalizar la modificación del contrato (novación). Otro hándicap es que es necesario el visto bueno del banco, dado que este no está obligado a facilitarnos el pago de las cuotas.
Así pues, ¿qué ocurre si nuestra entidad se niega a llevar a cabo esos cambios? En estos casos, podemos tratar de obtener más dinero mediante el alquiler de una habitación de nuestra vivienda o, como último recurso, podemos poner el inmueble en venta. También existe la posibilidad de solicitar una dación en pago para devolverle la casa al banco y saldar toda la deuda, aunque se requiere nuevamente de su permiso.
Sin embargo, como comentan desde HelpMyCash.com, la cosa cambia para los hogares que se encuentran en una posición vulnerable. Y es que estos colectivos pueden acogerse al Código de Buenas Prácticas Bancarias, cuyas medidas permiten reestructurar la deuda hipotecaria sin coste alguno. Para ello, eso sí, es imprescindible que los ingresos familiares no superen por tres veces el IPREM, haber sufrido una “alteración significativa” de las circunstancias económicas y dedicar más del 50% de los ingresos a la cuota del préstamo.
En una primera fase, los acogidos a este código obtienen una carencia de capital de cinco años, una ampliación del plazo hasta los 40 años y una rebaja del interés a euríbor más 0,25% durante el período de carencia. Y si la cuota de la hipoteca aún supera el 50% de los ingresos familiares, se aplica una quita sobre una parte de la deuda.
En el caso de que estas medidas no sean suficientes, los deudores pueden pedir una dación en pago, aunque los bancos tienen la facultad de rechazarla. Asimismo, tras entregar la vivienda, las familias que lo soliciten pueden quedarse dos años más en el inmueble en alquiler social, que puede prorrogarse posteriormente hasta llegar a los cinco años.
Hasta ahora hemos visto qué se puede hacer para evitar un impago (aunque al Código de Buenas Prácticas nos podemos acoger incluso si se ha iniciado el proceso de embargo), pero ¿qué sucedería si dejáramos de pagar las cuotas? En primer lugar, se nos aplicarían intereses de demora y se nos cobraría la llamada comisión por reclamación de posiciones deudoras. Y, en segundo lugar, al alcanzar la tercera cuota sin abonar, se iniciaría la ejecución hipotecaria y, si no nos pusiéramos al día, nuestra vivienda sería embargada.
No obstante, cuando entre en vigor la nueva ley hipotecaria el próximo 16 de junio, la ejecución no podrá llevarse a cabo hasta llegar a las 12 mensualidades impagadas (o 15, si nos encontramos en la segunda mitad de la vida del contrato). Esto tendrá validez tanto para las hipotecas firmadas tras la aplicación de la normativa como en las formalizadas anteriormente.
Aun así, desde HelpMyCash.com recomiendan no llegar hasta ese extremo. Y es que mientras dejan de abonarse las mensualidades, los bancos aplican intereses de demora, que se van acumulando y hacen aumentar enormemente la deuda. Por ello, como comentábamos al principio, lo mejor que puede hacerse es llegar a un acuerdo con el banco antes de que se produzca el impago.