Un nuevo impuesto digital que busca sanear las cuentas y reducir el déficit público que afecta, principalmente, a grandes empresas tecnológicas y entidades bancarias.
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Hogarmania, 24 de febrero de 2020
Economía
Un nuevo impuesto digital que busca sanear las cuentas y reducir el déficit público que afecta, principalmente, a grandes empresas tecnológicas y entidades bancarias.
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Hogarmania, 24 de febrero de 2020
El Gobierno aprueba la implantación de las tasas Google y Tobin. Dos impuestos con los que se prevé recaudar entorno a 2.000 millones de euros en un año. A continuación, analizamos en qué consiste cada uno de los impuestos. ¿Cuándo se espera que se implanten estas tasas?
También conocido como Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales, la tasa Google es un impuesto dirigido a las grandes empresas tecnológicas sobre publicidad en línea, servicios de intermediación en línea y venta de datos a partir de información proporcionada por el usuario.
Este impuesto, por el que el Gobierno de España espera ingresar 968 millones de euros, está destinado a empresas tecnológicas que no tributan en España pero que, por el contrario, consiguen un alto porcentaje de sus beneficios en el país. Compañías que facturen más de 750 millones de euros en el mundo y más de 3 millones en España. Entre las que destacan Google, Facebook, Amazon y Apple.
A pesar de que en un inicio el Ejecutivo esperaba obtener unos ingresos que rondaban los 1.200 millones de euros, la cifra se ha reducido hasta los 968 millones.
En caso de que las empresas traten de no hacerle frente a la Tasa Google, el Gobierno ha asegurado que se llevarán a cabo sanciones por incumplimiento.
La tasa Tobin, también conocido como Impuesto sobre las Transacciones Financieras, consiste es un impuesto sobre la compraventa de acciones financieras dirigido a sociedades españolas con una capitalización bursátil de más de 1.000 millones de euros.
Con esta medida el Gobierno espera recaudar una cantidad de 850 millones de euros al año, una cifra destinada, en un principio, a financiar las pensiones. Un impuesto que gravará con un 0,2% las operaciones de compra de acciones españolas llevadas a cabo por operadores del sector financiero.
Una tasa cuyo origen se remonta, según los profesionales, a los años 70, cuando el economista James Tobin la planteó con el fin de compensar las diferencias de los tipos de cambio de divisas.
Cabe destacar que, según el Gobierno, estos gravámenes no deberían afectar al consumidor final.
Estos dos nuevos tributos podrían entrar en vigor en el segundo trimestre del 2020. Por ello, en caso de que se cumplan las previsiones del Ejecutivo, la recaudación del año sería de la mitad, esto es, de alrededor de 900 millones en total.