Para realizar la limpieza diaria del aseo, y más si este es pequeño, lo primero que tenemos que hacer es ordenarlo. Si tenemos mascotas, guardaremos las toallas, jabones y juguetes en un cesto. Después, podemos proceder a limpiar el baño, insistiendo en las zonas críticas.
Al igual que otras habitaciones de actividad intensiva como la cocina, el cuarto de baño requiere un plan de almacenamiento refinado y sistemático. No basta con meterlo todo en su interior. Organízate según las reglas correspondientes para aprovechar al máximo este reducido espacio.
Por un lado, destinaremos un área a los productos que usamos cada día como: el cepillo de dientes, hilo dental, champú, gel, maquinilla de afeitar... En un segundo estante guardaremos los productos que usemos cada semana o varias veces al mes como: mascarillas, tiritas, instrumentos de manicura, depiladora... En último lugar, aquel para el que tenemos que agacharnos o estirarnos, colocaremos aquello que apenas usemos.
Recordar, que tal y como pasa con los alimentos, los productos del baño no duran para siempre. Así, los perfumes pierden su aroma al cabo de tres años, los líquidos de maquillaje duran de seis a doce meses y los productos de maquillaje variarán entre los tres y los veinticuatro meses.