Pon en tu cesto...
Un delantal que protege la ropa, mantiene los utensilios a mano y sus bolsillos son bolsas extra para recoger objetos extraviados. Elige uno cómodo, resistente y lavable.
Guantes de goma o lavables. Úsalos para proteger tus manos de los productos mas fuertes.
Trapos para limpiar. Los trapos de algodón blanco son el principal pilar de la limpieza. Dóblalos para llevarlos mejor y úsalos para limpiar las cosas secas, sacar brillo a los espejos y eliminar rápidamente las marcas de los dedos.
Un estropajo para la casa. Úsalo en el fregadero para eliminar los residuos secos y más resistentes.
Limpiacristales de goma. Para limpiar los cristales, espejos y ventanas como un profesional. Un limpiacristales de goma elimina la suciedad con una rápida pasada. Humedécelo cada vez que lo pases.
Espátula. La suciedad más resistente se elimina mejor con una espátula metálica o de plástico. Tenla a mano en el bolsillo del delantal; eliminará rápidamente los restos secos de mermelada o de cereales.
Cepillo para los azulejos. Un cepillo de cerdas gruesas con asa para limpiar los azulejos, las paredes y los objetos de baño en un santiamén. Las cerdas llegan a todos los rincones. El asa permite que puedas frotar mejor.
Cepillo de dientes. Los espacios muy pequeños atraen la suciedad. Combátela con un cepillo de dientes de cerdas fuertes. Úsalo para limpiar la suciedad incrustada en la grifería y en las juntas del fregadero y los rincones poco accesibles.
Además de esto, si has pensado comprar productos en botellas grandes, necesitarás:
Pulverizador. La limpieza de las baldosas y del baño resulta más efectiva cuando se hace uniforme y densamente. Usa un embudo para echar el producto en una botella con pulverizador, de forma que puedas aplicar la cantidad correcta, incluso en la parte inferior del inodoro.
Rociador. Necesites una capa fina o gruesa, los rociadores ajustables ayudan a echar limpia cristales o desengrasante. Pon etiquetas o códigos de color para distinguirlos.