Esta planta no necesita de grandes atenciones, bastará con regarla y trasplantarla de vez en cuando, aunque poniendo cuidado en no dañar sus delicadas hojas.
Para reproducir la cola de burro puedes hacerlo en primavera, con las temperaturas suaves, mediante esquejes de hoja.
Cuando es joven, se puede cultivar en pequeñas macetas decorativas pero, cuando los tallos han alcazado sus máxima extensión, hay que situarla en lugares elevados para que no se dañen las hojas.
Su lugar ideal es una cesta colgante o un recipiente colgado en la pared o encima de una librería o estante, donde pueda apreciar la cascada de tallos ensartados de hojas como cuentas.