En este consejo de jardinería, Iñigo Segurola nos presenta el aporte estético de dos variedades de gramíneas con la llegada del frío. ¡Son preciosas!
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Jardín
En este consejo de jardinería, Iñigo Segurola nos presenta el aporte estético de dos variedades de gramíneas con la llegada del frío. ¡Son preciosas!
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Han pasado ya unos cuantos años desde que se incorporaron las gramíneas al mundo de la jardinería. Nos hemos familiarizado con las aportaciones y el potencial de estas plantas.
En este consejos de jardinería, Iñigo Segurola se centra en dos variedades de gramíneas que tienen un interés otoñal espectacular. Son la Pennisetum alopecuroides y Molinia crassula transparent.
Pennisetum alopecuroides o, como la llaman los ingleses, Chinese fountain grass, la hierba de la fuente china. Es una planta que necesita bastante humedad, de ahí su nombre. En esas condiciones, puede superar el metro de altura y crea unas matas muy densas.
Al llegar el otoño, su floración está finalizando y sus hojas comienzan a adquirir unos tonos ocres preciosos que acaban tornadose pajizos durante el invierno.
Se trata de una gramínea muy elegante en todas sus estaciones. Verde en primavera, en verano con sus espigas y en otoño con esos tonos ocres característicos.
Otra de las gramíneas con una otoñada espectacular es la Molinia crassula transparent. Se trata de una gramínea con un fuste muy vertical. Sus espigas son muy altas, superando los 2 metros de altura.
Aparecen en verano y son muy etéreas, siendo muy decorativas, sobre todo, cuando llegan los fríos. Fijaros cuando las gotas de rocío se podan sobre las espigas, ¡crean un efecto muy especial!
Con el otoño, sus hojas están prácticamente secas y sus tallos adquieren unas tonalidades naranjas impresionantes.
Su porte es muy erguido y poco extendido por lo que, es conveniente plantarla como ejemplares aislados o como puntos que salpican una superficie. No se recomienda plantarla en masa ya que, al agruparla, su aporte estético no sería el mismo.
La belleza de estas gramíneas es indiscutible en exterior. Nos vamos a aprovechar de ella para realizar estas composiciones florales:
Paso 1
Procedemos a cortar en primer lugar las varas que se encuentran con ese color pajizo. Cortamos desde la base y eliminamos las hojas de la parte inferior para quedarnos solo con los tallos y las espigas.
Paso 2
Para que estas espigas luzcan como complemento decorativo, es conveniente que todas las varas estén juntas.
Paso 3
Para ello, podemos utilizar recipientes de boca estrecha como estos vidrios de garrafa.
De esta forma, hemos creado unos sencillos jarrones con varas de Molinia crassula transparent. Un conjunto elegante que es bonito tanto para el jardín como para dentro de casa.