Por lo general, la mayoría de las variedades de los rhipsalis son plantas muy poco exigentes en cuanto a sus cuidados, puesto que no necesitan muchos riegos y con un par de veces por semana será suficiente.
Si les inciden los rayos de sol, o si tienen una exposición muy prolongada, la planta necesitará más agua y además se le irán cambiando el color verde de los tallos a un color marrón. Si mantenemos la planta en un lugar de sombra, se agudizará el color verde.
Una de las características que más llama la atención son las hojas o los tallos. En muchas de las variedades las hojas o tallos tienen una forma cilíndrica e incluso se asemejan a las ramas de un árbol.
En cuanto a la floración, suelen tener una floración insignificante, y el atractivo lo tienen en ver cómo van ramificando y creando la cortina vegetal.