Hierba Buena, un caballo Anglo árabe, se fracturó la pata izquierda en un grave accidente cuando solo tenía cinco años de edad.
A su dueño le gustaba montar y quería prepararlo para carreras y
competiciones, pero a partir del accidente esto no parecía posible.
Lejos de sacrificarlo, gracias al amor que sentía por su mascota,
decidió operar al animal y reconstruir el ante brazo.
Tal y como se puede apreciar con algunas radiografías, la intervención
fue seria, pero salió bien. Ahora tiene una vida de calidad
y se recupera poco a poco, aunque no puede soportar largas cabalgatas.
Cuando un animal se resiente es cuando aflora el verdadero compromiso que los dueños tienen con sus mascotas. El caballo para ser feliz necesita alimentación, cepillado y pequeños cuidados, además de disponer de un espacio y lugar adecuado, y disfruta de la compañía de otros congéneres equinos.
En procesos de recuperación se puede recurrir a un hospital de rehabilitación para caballos o a la ayuda de un susurrador de caballos para aumentar su nivel de bienestar.
Nuestro veterinario, aprovecha esta historia para recordarnos que ser dueño de una mascota, requiere un compromiso responsable. Al fin y al cabo, un caballo es un ser vivo y no nos podemos deshacer de él cuando no cumple las expectativas como ocurre desgraciadamente en casos de caballos de competición y perros de caza cuando ya no sirven.
Tener un animal implica un compromiso de principio a fin, aunque las
cosas no salgan como esperábamos.Un dueño responsable nunca se planteará
el sacrificio o abandono de animales como por desgracia sucede en casos
de caballos de competición o perros de caza que cuando no sirven son
apartados o eliminados.