Muchos panes se venden como integrales cuando en realidad no lo son. Te enseñamos a reconocer un auténtico pan integral y por qué deberías introducirlo en tu dieta.
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Hogarmania, 13 de diciembre de 2018
Dieta sana
Muchos panes se venden como integrales cuando en realidad no lo son. Te enseñamos a reconocer un auténtico pan integral y por qué deberías introducirlo en tu dieta.
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Hogarmania, 13 de diciembre de 2018
El pan integral tiene más fibra que el normal, lo que contribuye a potenciar varias funciones del organismo y a mantenernos saciados por más tiempo. Pero, ¿cómo sabemos cuándo un pan es integral realmente?
En el supermercado nos encontramos con distintas variedades de pan: de parra, de molde, con cereales… En muchos casos, estos presumen de ser integrales o intuimos que lo son por su color oscuro. Sin embargo, en muchos casos, esto no es así.
El color oscuro o la presencia de semillas no garantiza que un pan sea integral, ya que este aspecto puede lograrse añadiendo salvado o harina de centeno refinada, por ejemplo. A continuación, te damos las claves para identificar cuándo un pan es o no integral.
Antes de nada, conviene saber porqué deberíamos decantarnos por un pan integral en vez de por uno normal a la hora de hacer la compra. Para ello, repasamos sus propiedades nutricionales y beneficios para la salud:
El pan integral está elaborado con harina integral de grano entero. Es decir, que contenga todos los componentes de la harina (salvado, germen y endospermo). El problema está en que la mayoría de panes están hechos a base de harinas refinadas, a las que se les ha eliminado alguno de estos compuestos. Normalmente, el germen.
Los panes a base de harinas refinadas, presentan un menor aporte nutricional y menos fibra, vitaminas y minerales. Además, al tener menos fibra, el pan blanco no produce sensación de saciedad y tiende a elevar los niveles de glucosa.
Las siguientes claves nos ayudarán a identificar cuándo un pan es o no integral: