Dieta sana
El frío se ha instalado definitivamente y virus y bacterias se frotan las manos. No sólo eso: los excesos en comidas, la permanencia en espacios interiores, el sedentarismo y una menor exposición a la luz solar provocan la aparición de numerosas enfermedades.
Hogarmania, 9 de diciembre de 2021
Sin embargo, hay un gesto sencillo que puedes hacer para contrarrestar estos factores nocivos y fortalecer la salud de toda tu familia: comer un delicioso huevo campero todos los días.
Su efecto protector se explica porque un solo huevo campero contiene todas las vitaminas (salvo la C), la mayor parte de los minerales imprescindibles para nuestro organismo, un buen puñado de antioxidantes y aminoácidos y proteínas de alto valor biológico, así como los llamados Ig Y o anticuerpos propios del huevo.
Veamos más de cerca cómo actúan estos nutrientes, comenzando con la vitamina D, una de las grandes aliadas del sistema inmune. Esta vitamina, que hasta entrado el siglo XX era una gran desconocida, previene las enfermedades autoinmunes y las provocadas por infecciones, además de muchas otras, como fibrosis quística u otras patologías pulmonares. En este sentido, también las vitaminas E y A protegen los pulmones, y se ha demostrado que actúan previniendo la temida EPOC.
Muy interesante, asimismo, es el papel de los minerales en nuestra salud. Por ejemplo, en tiempos invernales no deben faltar en nuestra dieta el zinc, el selenio y el hierro; mucho mejor, además, si los ingerimos a través de los alimentos y no en forma de suplementos dietéticos.
En este sentido, el huevo campero es perfecto, pues no sólo es un alimento sabrosísimo que puede cocinarse de cientos de maneras; también es rico en estos minerales que refuerzan extraordinariamente nuestro sistema inmune. Muy en particular, el zinc juega un papel definitivo en la buena respuesta de nuestro sistema inmunológico y ha demostrado una destacada acción antiviral.
Al mismo tiempo, el selenio -otro mineral abundante en los huevos camperos- reduce la gravedad de las infecciones virales, y el hierro, otro imprescindible de nuestra salud, es fundamental para el buen desempeño de nuestro organismo, también para prevenir patologías infecciosas.
Pero, ¿cómo es posible que un alimento tan cotidiano y sencillo, tan al alcance de nuestra mano, tenga ese efecto protector? Nos hemos acercado a Pazo de Vilane, la primera granja de huevos camperos que se inauguró en España (allá por 1996) para conocer la respuesta.
«El huevo campero es un verdadero súper alimento. Contiene casi todo lo sano que nos ofrece la naturaleza concentrado en muy pocas calorías y con grasas saludables, por eso es de lo mejor que podemos comer para prevenir dolencias y gozar de buena salud», apunta Piedad Varela-Portas, socia fundadora de la granja avícola. «La gente se sorprendería si conociera la lista de enfermedades que pueden evitarse con una buena alimentación, y en este sentido el valor nutricional del huevo es incomparable».
Pero, ¿y por qué el huevo campero? ¿qué tiene este huevo que no tengan otros? La clave está en cómo viven las gallinas que lo ponen, bajo criterios de bienestar animal, lo que redunda directamente en su calidad final. Las gallinas camperas pastan a diario e incorporan a su organismo nutrientes extras (vitaminas, minerales, aminoácidos...) que les aportan la hierba fresca, insectos y piedritas que encuentran en sus paseos. No es lo mismo que estar enjaulada de por vida, sin poder respirar aire puro ni recibir la luz solar.
Pero el invierno no solo trae resfriados, toses o el recrudecimiento del COVID-19; la falta de luz y el mayor aislamiento social favorece la aparición de depresiones, la ansiedad o la fatiga crónica. Para todas estas dolencias tiene también respuesta el huevo campero, a través de minerales como el magnesio y el fósforo, o de antioxidantes como el triptófano y la tirosina.
Como ves, pocos alimentos te dan tanto en tan poco volumen, tienen tan buen sabor y los encuentras a buen precio todo el año. ¿Vas a desaprovechar tanta riqueza?