El nivel de cadmio presente en estos crustáceos hace que esta acción, tan habitual entre los amantes de estos alimentos, pueda poner en riesgo tu salud.
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Hogarmania, 13 de diciembre de 2021
Dieta sana
El nivel de cadmio presente en estos crustáceos hace que esta acción, tan habitual entre los amantes de estos alimentos, pueda poner en riesgo tu salud.
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Hogarmania, 13 de diciembre de 2021
Las gambas y los langostinos son dos imprescindibles que no suelen faltar en verano y, por supuesto, tampoco en las comidas y cenas de Navidad. Chupar las cabezas de estos alimentos es una acción que muchos no pueden pasar por alto.
Chupar las cabezas de los langostinos, gambas y cigalas es para muchas personas, un auténtico placer. Una acción que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aecosan) ha puesto en tela de juicio por los niveles de cadmio que estas incluyen.
El cadmio es un metal que se encuentra en el entorno natural y no ejerce ninguna función ni en animales ni en personas. Sin embargo, es una sustancia tóxica para el riñón que tiende a acumularse en el organismo. Esto significa que una alta exposición a este elemento químico puede provocar problemas para la salud.
Al margen de los niveles de cadmio que hay en el medio ambiente, es importante saber que la alimentación es la mayor fuente de exposición humana a esta sustancia, tal y como lo ha asegurado la Aecosan.
Algas, cacao, cereales y setas silvestres son algunos de los productos a través de los cuales más cantidad de cadmio ingerimos. Centrando nuestra atención en los crustáceos, unos de los grandes protagonistas de las comidas y cenas de Navidad, cabe destacar que son los cangrejos los que mayor cantidad de cadmio tienen en su interior.
En el caso de las gambas, langostinos y cigalas es interesante tener en cuenta que la cabeza de estos crustáceos, nombrada como carne oscura, supone 4 veces la ingesta que se obtendría al comer solo el abdomen, conocida como carne blanca.
Es por esta razón, por la que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda que, con el fin de reducir la exposición de cadmio, se limite, en la medida de lo posible, el consumo de carne oscura de los crustáceos, más concretamente, de los langostinos y gambas.
Una recomendación que, lejos de impedirte que ingieras estos alimentos en épocas puntuales como Navidad, trata de advertir de los riesgos que tiene hacerlo con mucha frecuencia.