Los calambres musculares son espasmos dolorosos que, por lo general, se producen durante o después de la actividad física, aunque también suelen darse por la noche. Cuando tenemos un calambre muscular lo que sucede es que el músculo se contrae y se nos hace imposible relajarlo.
Una sensación dolorosa e incómoda que puede prolongarse desde unos segundos hasta varios minutos. Según indican los expertos, son las mujeres quienes más sufren este trastorno, aunque los hombres también lo experimentos.
Aunque estos dolorosos espasmos se pueden aparecen en cualquier músculo, suelen afectar con frecuencia a los músculos delanteros y traseros de los muslos, esto es, a los cuádriceps y a los isquiotibiales, y a los gemelos, llamados músculos gastrocnemios.
También en los pies, manos, brazos y abdomen.
Causas
Como hemos mencionado anteriormente, los calambres musculares se dan, en la gran mayoría de las ocasiones, durante o después de la actividad física y por la noche. ¿La razón? Son varias las causas que pueden hacer que aparezcan los calambres musculares, algunas de ellas son las siguientes:
- Realizar un esfuerzo excesivo. Es decir, hacer ejercicio más tiempo del que estamos acostumbradas o a una intensidad a la que nuestro cuerpo no está habituado.

- Deshidratación.
- Bajo nivel de electrolitos, esto es, de magnesio, potasio y calcio. Ya sea por la escasa ingesta de los mismos en la dieta o por su pérdida a través del sudor.
- Mantener una misma posición durante un periodo prolongado de tiempo.
- Utilizar un mismo músculo de manera repetida.
- La ingesta de ciertos medicamentos.
- Problemas circulatorios.
- No estirar los músculos correctamente antes de hacer ejercicio.
- Temperaturas extremas.
Si bien, los calambres musculares no precisan tratamiento, lo cierto es que hay una serie de consejos y recomendaciones de los especialistas que hay que tener en cuenta para evitar y, en caso de no poder impedirlo, aliviar ese doloroso trastorno.
- Hacer estiramientos antes y después de hacer ejercicio. Eso sí, durante el estiramiento no deben hacerse gestos bruscos. Es, tal y como indican los especialistas, la recomendación más efectiva para hacer frente a los calambres musculares.

- Masajear de manera suave el músculo afectado.
- Beber agua para evitar la deshidratación del músculo y bebidas isotónicas para reponer los niveles de electrolitos.
- Aplicar calor cuando el músculo esté tenso y hielo cuando lo tengamos dolorido. El calor va a hacer que el músculo se relaje, mientras que el frío aliviará la molestia causada por la contracción del músculo.
- Dormir entre 7 y 8 horas diarias para asegurar un descanso óptimo. Según la Organización Mundial de la Salud, popularmente conocida como la OMS, una persona debe dormir, al menos, 6 horas. No descansar lo suficiente afecta gravemente a nuestra salud física y mental.

- Seguir una dieta sana y equilibrada. La alimentación juega un papel fundamental para el bienestar y el rendimiento.
- Evitar aumentar la intensidad y la duración del entrenamiento de forma repentina. Lo ideal es hacer de manera gradual, de esta forma, el cuerpo se adaptará y ajustará al aumento de la actividad.
- Utilizar ropa cómoda y zapatillas adecuadas para hacer deporte.
- Evitar hacer ejercicio de alta intensidad en climas húmedos y cálidos. Pues estos climas hacen que se pierda una mayor cantidad de los antes mencionados electrolitos a través del sudor.
Es interesante tener en cuenta que, una vez que el calambre muscular termina, se pude continuar con el ejercicio, siempre y cuando se haga de manera progresiva. Asimismo, la recuperación de los espasmos dolorosos es total una vez superados.
Desde Hogarmania te recomendamos que, para cualquier duda que te surja, no dudes en consultar a tu médico de cabecera o un fisioterapeuta.