Un duda que se repite con frecuencia y que hace que cuando planificamos nuestra jornada de entrenamiento, no siempre sigamos el orden recomendado. ¿Sabrías decir qué va primero?
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Hogarmania, 1 de marzo de 2022
Enforma
Un duda que se repite con frecuencia y que hace que cuando planificamos nuestra jornada de entrenamiento, no siempre sigamos el orden recomendado. ¿Sabrías decir qué va primero?
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Hogarmania, 1 de marzo de 2022
Cuando nos marcamos el objetivo de quemar grasa o perder peso es habitual que lo primero que nos venga a la cabeza sea la fila de máquinas del gimnasio y actividades aeróbicas a las que es difícil sobrevivir el primer día.
Pero no debemos olvidarnos de los ejercicios de fuerza. Porque sí, las actividades de fuerza también entran dentro de nuestro plan de entrenamiento para librarnos de esos kilos que tantos dolores de cabeza nos provocan.
Pero, ¿qué hay que hacer primero el ejercicio cardiovascular o la fuerza? Una duda muy frecuente cuya respuesta debemos conocer antes de diseñar un plan de entrenamiento que se ajuste a nuestras necesidades.
Pues bien, los profesionales indican que debemos darles prioridad a los ejercicios de fuerza. Es decir, empezar por los ejercicios de fuerza y continuar con la parte aeróbica.
La explicación es la siguiente. Para realizar los ejercicios de fuerza necesitamos que nuestros músculos estén descansados, sin fatiga y con los niveles de glucógeno altos. Es decir, el conjunto de moléculas de glucosa que generan energía de forma inmediata altos.
Así, conseguiremos completar nuestra rutina de ejercicios de fuerza y llegar en forma a la parte aeróbica.
Si hacemos primero el cardio lo que estaríamos haciendo sería reducir los niveles de glucógeno, o lo que es lo mismo, gastar energía, tener más fatiga y, por consiguiente, no conseguir el rendimiento esperado en la parte de fuerza.
Lo ideal, según los profesionales, es dedicar el 70% de la sesión de entrenamiento a los ejercicios de fuerza, y el tiempo restante al ejercicio cardiovascular.
Las sentadillas son un clásico que no pueden faltar en cualquier entrenamiento. Y no es para menos porque es un tipo de ejercicio muy completo y con el que movemos varios grupos musculares.
Con este sencillo ejercicio, para el que no necesitamos ningún material, quemamos calorías, trabajamos el abdomen, mejoramos la postura y la movilidad y también trabajamos la fuerza.
Las flexiones son un ejercicio perfecto para trabajar los músculos del pecho, hombros, brazos y abdominales.
Si bien al principio realizarlos puede resultar difíciles de hacer, lo cierto es que con la práctica conseguiremos sacarles todo el partido posible a estos ejercicios. Y, además, no necesitas ningún material para hacer.
La zancada, siempre que se realice de manera correcta, es un ejercicio muy recurrente entre los profesionales. Con él trabajamos, principalmente, las piernas y los glúteos.
Eso sí, lo mejor es hacerla hacia atrás. ¿La explicación? Realizándola hacia atrás conseguimos mantener una técnica más limpia. Puede ocurrir que, a hacerla hacia adelante, el peso vaya hacia adelante y, como consecuencia de ello, inclinemos el cuerpo y recaiga sobre el tendón rotuliana de la pierna que está adelante.
En cambio, si la hacemos hacia atrás, las rodillas y las caderas mantienen un ángulo de 90º y la postura correcta.
Si te pensabas que te ibas a librar de los abdominales te equivocabas. Los abdominales son, junto con las sentadillas, unos ejercicios que no pasan de moda y de los que no nos deshacemos.
Además de ser completos, podemos hacerlos en casa y no nos va a requerir mucho tiempo. Y tenemos donde elegir. Abdominales tradicionales, isométricos o planchas, elevación de piernas...
¿Has escuchado hablar del Crossfit? En el artículo 4 beneficios del Crossfit que debes conocer te lo contamos todo sobre este tipo de entrenamiento. ¡No vas a poder resistirte a probarlo!