Y tú, ¿eres criofóbico?

Esta fobia hacía objetos fríos o meteorología adversa complica severamente la vida de las personas que la padecen, llegando a adaptar toda su vida con el fin de evitar el frío.

Los afectados pueden tener una fobia generalizada o a ciertas situaciones en concreto, por ejemplo, estar en una tormenta de nieve, tocar cubitos de hielo o comer un helado. Estas personas son conscientes de que su miedo es irracional pero sin embargo les paraliza. En ocasiones, bajo un tratamiento adecuado pueden llegar a superarlo.

En su día a día, tratan de alejarse todo lo posible de las bajas temperaturas. Buscan zonas cálidas en las que vivir, se quedan en casa los días que hace malo y evitan el contacto con alimentos y bebidas frías.

Quienes se exponen al frío saben que el miedo que sufren es irracional, sin embargo, eso no les evita sufrir una gran ansiedad junto a palpitaciones y mareos. Los tratamientos para tratar de superarlo se basan en la realización de terapias y medicamentos contra la ansiedad.