Una buena educación con valores y libertades ayudará a evitar sobreproteger a tu hijo y le ayudará a ser más seguro y maduro.
Hogarmania, 3 de julio de 2014
Maternidad
Una buena educación con valores y libertades ayudará a evitar sobreproteger a tu hijo y le ayudará a ser más seguro y maduro.
Hogarmania, 3 de julio de 2014
Ya hemos en otra ocasión sobre Detectar la sobreprotección en los niños por parte de los padres. Es el momento de dar el paso para evitar sobreprotegerles y darles las capacidades para madurar y poder crearse una personalidad propia.
Un niño sobreprotegido será más vulnerable, con baja autoestima. Será por tanto un niño inseguro. También provoca en los niños timidez, lo que hará más díficil sus relaciones sociales. Además de hacer que los niños sobre-protegidos tiendan a evitar las situaciones novedosas o desconocidas o tenderán a satisfacer las necesidades de los demás antes que las suyas propias ya que esto es lo que han aprendido durante su infancia.
Estas conductas se pueden solucionar educando a los hijos y aceptando, como padres, que éstos han de aprender a ser independientes.
Para muchos padres proteger a sus hijos les resulta más fácil y menos traumático que educarles. Sin embargo, los padres, al igual que sus hijos deben aprender a enfrentarse a sus miedos y temores. Es un proceso de aprendizaje de los hijos pero también de los padres.
A medida que los niños adquieran capacidades y sean autónomos para enfrentarse a situaciones los padres también irán aumentando su seguridad y se sentirán más tranquilos y orgullosos de sus hijos.
El proceso de aprendizaje y educación sigue las distintas fases de la vida del niños:
En los primeros meses, la madre debe saber dejar a su hijo al cuidado de familiares y amigos. La llegada a la guardería debe ser considerado un fase de socialización y de interacción positiva para el niño no una separación. Al igual que en la escuela, el permitir la participación en actividades extraescolares para que el niño se relacione con sus compañeros.
Estas actividades y educación en la infancia facilitarán, en la adolescencia a que los hijos se independicen de forma más fácil. También será menos traumático para los padres, ya que los jóvenes, en la adolescencia tienden a separarse de la familia para juntarse con sus amistades.
Y del mismo modo que el niño debe tener libertades, también debe a aprender a tener limitaciones y obligaciones. La educación además de decir lo que si pueden hacer también implica decirles lo que no pueden hacer. Así como ir creándoles responsabilidades y tareas que les harán más fuertes en su etapa adulta.
Todo ello con una relación de cariño y afecto en los momentos adecuados harán que el niños se convierta, con el paso de los años, en una persona adulta, sana y equilibrada.