La listeriosis es una infección que puede contraerse por la ingesta de alimentos contaminados por la bacteria Listeria monocytogenes.
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Hogarmania, 26 de agosto de 2019
Embarazo
La listeriosis es una infección que puede contraerse por la ingesta de alimentos contaminados por la bacteria Listeria monocytogenes.
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Hogarmania, 26 de agosto de 2019
La bacteria Listeria monocytogenes puede estar presente en animales, tanto salvajes como domésticos, así como en el agua y el suelo.
Por lo general los síntomas de la listeriosis se manifiestan en los días posteriores a haber consumido el alimento contaminado, pero se han dado casos en los que la enfermedad no aparece hasta pasados incluso dos meses y cabe destacar que tiene una alta tasa de mortalidad (30%) por lo que es muy importante acudir al hospital si se sospecha de su contagio.
El consumo de alimentos infectados con la bacteria es la causa principal del contagio, aunque también puede producirse mediante contaminación cruzada al utilizar utensilios que hayan estado en contacto con la bacteria, como cuchillos o tablas de cortar que se hayan utilizado con alimentos contaminados.
La carne cruda o mal cocida, las verduras crudas, la leche o el queso frescos o poco curados, los embutidos o los patés son los alimentos más comunes que pueden contener la bacteria.
En personas previamente sanas los síntomas son: fiebre y dolores musculares precedidos por vómitos, diarrea y/o fiebre.
En mujeres embarazadas normalmente se inicia con malestar y fiebre como los de una gripe leve, sin embargo, con el avance de la enfermedad los síntomas se recrudecerán y pueden provocar una infección.
En niños, ancianos y personas inmunodeprimidas los síntomas pueden incluir fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza, rigidez del cuello, confusión, pérdida de equilibrio y convulsiones.
Normalmente esta infección deriva en enfermedades gastrointestinales en personas previamente sanas, aunque también puede acabar en meningitis, meningoencefalitis y trastornos respiratorios, por lo que en ningún caso hay que ignorar los síntomas.
Sin embargo, existen casos en los que la bacteria puede atacar con mayor virulencia.
En las mujeres embarazadas puede parecer una enfermedad leve, casi como una gripe, pero no se puede ignorar ya que al derivar en una infección puede producirse aborto espontáneo, muerte fetal, parto prematuro o infección potencialmente mortal del recién nacido.
Los ancianos, los niños y las personas inmunodeprimidas son otro de los grupos que más riesgo corren al contraer esta infección. En este caso los afectados tienen una grave tendencia a la septicemia, pero también pueden sufrir meningitis, endocarditis y neumonía.