Aunque el feto empieza a moverse desde la semana 6, las madres, sobre todo las primerizas, no empiezan a notar estos movimientos hasta la semana 20-22. Se puede saber el sexo del recién nacido a partir de la semana 16, cuando el feto comienza a tragar, succionar y deglutir, mover las manos y los pies, los ojos, etc.
Los sentidos se desarrollarán más tarde: el oído comenzará a captar sonidos a partir de la semana 24; por su parte, la vista se desarrollará más tarde, varios meses después del parto.
Las madres se irán adaptando a este crecimiento tan rápido del niño, con lo que parte de la energía que ellas producen irá encaminada al bebé, porque necesita nutrientes para formarse, haciendo que las arterias uterinas les manden sangre a una velocidad impresionante. Para ello, baja la tensión arterial de las madres, con lo que las arterias tienen menos resistencia al paso de la sangre, pudiendo sufrir mareos o lipotimias. En esta época las madres se encuentran fenomenal consigo mismas, se preocupan mucho por su cuerpo, aumenta el apetito, etc.
Estos son algunos consejos médicos durante la etapa de crecimiento rápido del feto.