Una de las primeras preguntas que les surge a los padres de dos o más hijos tiene que ver con la distribución de las habitaciones. ¿Es mejor que los hermanos duerman juntos o separados? ¿Qué beneficios e inconvenientes tiene hacerlo?
Unas cuestiones entorno a las que surgen diferentes respuestas, y no todas en la misma línea. Y es que la expresión "cada caso es un mundo" no puede ajustarse más a este tema.
Cada niño tienes sus necesidades y se adapta a cada situación de una manera, y eso no le hace ni mejor ni peor. Aunque no existe una regla aplicable a todos los niños, sí hay una serie de aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de decidir si los hermanos comparten o no habitación. ¡Toma nota!
¿Por qué es bueno que los hermanos duerman juntos?
Aprenden a compartir
Uno de los principales beneficios que les aporta compartir habitación es que aprenden a compartir. Y es que, aunque muchas veces nos obcequemos en que compartir es algo que nos surge de manera natural no es así. Compartir es una cualidad que se aprende y adquiere con el tiempo. Una aptitud cuyo aprendizaje se acelera cuando comparten habitación, lo que hace que los niños terminen anteponiendo la solidaridad y generosidad al individualismo. Acciones como compartir juguetes o pintar en la misma mesa se convierten en algo natural que, a medio largo plazo, les va a hacer más generosos.
Afianzan vínculos
Compartir habitación y dormir juntos va a hacer que su relación se estreche más y afiancen vínculos. Juntos se van a sentir más fuertes y van a entender la importancia de tenerse uno al otro. Como consecuencia de ello van a tener cada vez más confianza el uno en el otro y se van a proteger y cuidar.
Favorece su descanso y se coordinan en horario y descanso
Uno de los pros de que los hermanos duerman juntos es que sus horarios y momentos de descanso se terminan coordinando. Si comparten habitación llevarlos a la cama deja de ser misión imposible. Y es que irse a la cama acompañados es más divertido y cuesta menos que hacerlo solo. Leer un cuento juntos o contar historias es algo que les llama la atención y les gusta. Algo que facilitará que nuestros hijos sigan un horario de descanso.
Se sienten más seguros
Las pesadillas están presentes en la infancia y también en la edad adulta. La escena de unos padres calmando a uno de sus hijos aterrado en mitad de la noche como consecuencia de una pesadilla es algo que se repite con frecuencia en numerosos hogares.
La sensación negativa que han vivido en ese momento determinado es algo que les produce miedo y los acompaña a la hora de acostarse. Según explican los especialistas, compartir dormitorio reduce los miedos nocturnos. Acostarse en compañía de su hermano les ayuda a calmar los miedos de los más pequeños y duermen más tranquilos.
Inconvenientes de que los hermanos duerman juntos
Les puede hacer menos independientes
El hecho de compartir mucho tiempo juntos puede provocar el efecto contrario al esperado. Puede darse el caso que afiancen tanto los vínculos que termine habiendo una dependencia entre ambos. Pero, ¿de qué manera puede reflejarse este sentimiento? Pues bien, en los casos en los que uno de los hermanos se ausente. Es aquí cuando uno de los hermanos, o lo dos incluso, sientan la necesidad inmediata de estar junto a su hermano, aun sabiendo que ese distanciamiento es algo temporal.
Alteración de los ritmos de sueño
Si bien dormir juntos puede ayudar a que los horarios de descanso de los hermanos se coordinen, lo cierto es que hay casos en los que uno de los hermanos tiene la rutina de sueño menos interiorizada y hace que hermano encuentre dificultades para seguirla. En esos casos, lo recomendable es que duerman por separados.
Necesidad de tener un espacio propio
Hay ocasiones en las que uno de los hermanos reclama tener su propio espacio. Suele ser algo que se da sobre todo en la adolescencia, cuando uno de los hijos siente que necesita tener más intimidad y que es el momento de tener su propio cuarto. Pero no solo en la adolescencia. Puede darse el caso que los hermanos no compartan intereses y aficiones y tengan caracteres diferentes y que prefieran tener cada uno su cuarto.
En cualquiera de los casos es imprescindible escuchar y observar a nuestros hijos. Ver si se ambos se sienten cómodos compartiendo habitación, si alguno de ellos necesita más espacio, más atención…
Desde Hogarmania te recomendamos que, para cualquier duda que te surja, no dudes en consultar a un profesional especialista.