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Cereales en la alimentación del bebé

Hogarmania, 14 de octubre de 2014

Cereales en la alimentación del bebé. Conforme el bebé comience a andar necesitará un mayor aporte energético que puedes conseguir añadiendo hidratos de carbono a su dieta con cereales como pan, arroz y pasta.

En la etapa inicial, el bebé está en pleno crecimiento y sus necesidades nutricionales son grandes. A medida que empiece a andar, su demanda de energía irá en aumento. Es aquí donde los cereales juegan un importante papel, ya que serán el combustible óptimo para las necesidades del niño. Es clave saber distribuir los hidratos de carbono, así, la energía que aportan se repartirá correctamente durante todo el día.

Los primeros cereales que podemos añadir a la dieta del bebé son: el arroz, maíz, mijo y sorgo. Estos cereales no contienen gluten, una proteína que puede producir intolerancias. En general, se recomienda el consumo de cualquier tipo de cereal a partir del séptimo mes.

El pan y los cereales del desayuno contienen harina, clave para nuestra alimentación. Nos aportan hidratos de carbono, azúcares, vitaminas del grupo B y fibra. Un pan de calidad bien fermentado y horneado debe acompañar a todas las comidas principales del día. El pan también contribuye a una importante tarea: que el niño aprenda a masticar. La boca es la primera trituradora, el molino del cuerpo. Es aquí donde empieza la digestión y donde tenemos que comenzar a dar importancia al hecho de comer adecuadamente. Acompañar de vez en cuando las comidas con pan integral, puede ser una buena alternativa para que el niño se vaya acostumbrando a estos productos tan saludables. La avena, un cereal muy interesante en la alimentación, lleva gluten, es relajante y contiene propiedades beneficiosas para la piel, y puede ser una alternativa a la leche.

Arroz en la alimentación del bebé

El arroz es el primer cereal junto con el maíz que vamos a utilizar. Aporta hidratos de carbono de calidad, azúcar lento y es rico en vitaminas del grupo B. Se puede consumir de 2 a 4 veces por semana y es interesante introducir algún día productos integrales. Según los ingredientes con que se le acompañe, puede ser un primer o segundo plato.

Arroz blanco…. Tener de antemano arroz cocido y envasado al vacío es muy práctico, ya que sirve de comodín como guarnición, para decorar y acompañar diferentes platos e incluso como plato principal acompañado de verduras, ensaladas, proteínas de origen animal o vegetal. Se puede presentar tanto triturado como en entero, templado o frío.

Arroz integral… Es interesante ir probando cereales integrales. En el caso del arroz, su color oscuro se debe al salvado, y requiere más tiempo de cocción. Aporta fibra, sustancias fitoquímicas que ayudan a regular el colesterol y silicio, un mineral muy interesante para la estructura ósea.

Sopa de arroz…. Este plato es ideal para esos momentos en los que el niño tiene problemas digestivos, diarrea o gastroenteritis. Le aporta líquido, azúcares lentos y sales minerales.

Arroz con carne…. Para que el niño se vaya acostumbrando a la masticación y al cambio de texturas, se puede presentar una pequeña cantidad en entero y otro poco triturado, que se come con más facilidad. Plato rico en hidratos de carbono y proteínas de origen animal. A partir de los 12 meses se puede incluir una pequeña guarnición de verduras en crudo, tipo ensalada. Se puede empezar con pechuga de pollo y poco a poco ir variando con diferentes tipos de carne (pavo, ternera, conejo…).

Arroz a la marinera... Ésta es una manera fácil de incluir pescado en la dieta del niño. Se pueden ir variando los tipos de pescado, blanco, azul o incluso algún marisco.

Para enriquecer este plato tanto en sabor como en nutrientes, podemos utilizar caldos vegetales en vez de agua. Los caldos restantes de la cocción de las verduras son muy útiles.

Arroz…con leche. Se puede servir el arroz con leche sin triturar a partir de los 12 meses de edad. El arroz con leche aporta hidratos de carbono y proteínas.

Pasta

Existe una gran variedad de pasta en el mercado. Gracias a sus formas y colores, es divertida y encaja muy bien con verduras, carnes, pescados y huevo. Según con lo que se acompañe, puede ser un primer o único plato. Una vez cocida la pasta, se puede acompañar con trocitos de jamón, pollo, bonito o queso.

Está bien elegir una pasta de tamaño pequeño, para que al niño le resulte fácil comerla y alternar diferentes tipos de pasta, con colores y formas diferentes, para hacer el plato más divertido. 

Es interesante variar y aprovechar la pasta para introducir otros alimentos más complicados, como las ensaladas o el pescado.

Pasta con pescado... Una manera fácil de incluir pescado en el menú de los niños. En este caso el pescado es blanco, pero a partir de los 12 meses de edad podemos empezar a introducir pescados azules (bonito, sardinas, verdel…), en trocitos pequeños y sin espinas. Es un segundo plato ideal, se puede acompañar de una crema de verduras, verdura cocida o ensalada.

Pasta con verduras…Las verduras también se pueden variar según la temporada. El calabacín, por ejemplo, es una verdura que se recoge en verano pero se consume durante el otoño y el invierno. La espinaca puede ser otro ingrediente interesante en primavera.

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