Colchicina: qué es y por qué es la nueva esperanza para hacerle frente a la COVID-19

La colchicina, o colquicina, es un medicamento que habitualmente se utiliza para tratar la gota, un tipo de artritis que se caracteriza por ataques repentinos de dolor, hinchazón y sensibilidad de las articulaciones, y otras enfermedades reumáticas.

Un fármaco, producido a partir de una planta medicinal, que se toma vía oral y está sujeto a prescripción médica. Pero, ¿por qué la colquicina se ha convertido en el centro de todas las miradas?

Pues bien, según los resultados de un ensayo clínico que se ha llevado a cabo con más de 4.000 pacientes con COVID-19 de España, Estados Unidos, Canadá, Sudamérica y Sudáfrica, la colchicina evita que los organismos generen una gran, y a su vez perjudicial y desproporcionada, respuesta autoinmune y auto inflamatoria. La culpable de que el coronavirus se complique.

En el análisis clínico, el estudio más grande en el que se prueba un fármaco por vía oral, la colchicina redujo las ventilaciones mecánicas en un 50%, las muertes en un 44% y las hospitalizaciones en un 25%.

El coste del medicamento ronda entre los 2-3 euros y la dosis es de una pastilla al día, durante un mes.

Otro de los beneficios de la colchicina a tener en cuenta es que se conocen muy bien los efectos secundarios, muy pocos con la dosis tan baja que se utiliza. Alguno de ellos son náuseas, vómitos, diarrea y dolor estomacal.

Es interesante tener en cuenta que los medicamento más utilizados en España para tratar a pacientes con COVID-19 son, por un lado, la dexametasona (corticoides) y el remdesivir (apropiado para los casos en los que hay problemas para respirar.

Unos medicamentos complementados con anticoagulantes, antibióticos y antitérmicos. Y todo ello con un único fin: hacerle frente al coronavirus.

La respuesta autoinmune, la culpable de que los síntomas se agraven

Tal y como hemos mencionado anteriormente, la respuesta autoinmune desproporcionada es la responsable de que los síntomas de la COVID-19 se agraven.

Esto explica que, al no tener los niños una respuesta auto inmune desarrollada, sea difícil que se infecten y que, en caso de que lo hagan, no presenten síntomas graves como ocurre con los adultos.

Desde Hogarmania te recomendamos que, para cualquier duda que te surja, no dudes en consultar a tu médico de cabecera o un profesional especialista.