Cómo usar la crema del sol

Los rayos del sol están presentes cada día en nuestra vida, pero es en verano cuando debemos proteger la piel con mayor insistencia. Parece cada vez más difícil acertar con la crema del sol: diferentes factores de protección, texturas, marcas... y nos olvidamos de lo realmente importante: usarlas bien.

Cómo aplicarse la crema del sol

Aunque nos coloquemos debajo de la sombrilla, las radiaciones solares se reflejan en la arena e inciden sobre la piel. Así, nos tenemos que aplicar un protector solar 30 minutos antes de salir a la calle vayamos o no a exponernos directamente al sol. Hay que aplicar la crema uniformemente por todo el cuerpo sin olvidarnos las zonas delicadas como orejas, empeines o axilas. El cuero cabelludo, aunque más resistente, también está expuesto al sol por lo que deberemos protegerlo con una gorra o un producto solar específico.

Uno de los grandes problemas con la crema del sol es que no se aplica la cantidad suficiente. Los expertos recomiendan seis pulverizaciones (en caso de ser en spray) para un brazo adulto y recuerdan que un bote de 200ml aplicado dos veces al día no debería durarnos más de una semana. Así que si la crema nos dura de un año para otro, algo estamos haciendo mal.

Cremas de sol faciales con tratamientos específicos

La piel de la cara es más sensible que el resto y, aunque lo mejor fuese no exponerla (por ejemplo con un sombrero de ala ancha), debemos protegerla con cremas específicas para el rostro. Lo bueno que tienen estas lociones solares es que existen tantos tipos de cremas como de pieles. Así, encontramos cremas faciales de sol para pieles con tendencia acnéica, sensibles, secas, mixtas,... y algunas que incluyen tratamientos específicos anti-edad, anti-manchas o para cicatrices y contornos de ojos.

Las cremas de sol faciales las tenemos que aplicar después de la crema hidratante que utilizamos habitualmente y 30 minutos antes de la exposición al sol. Después la renovaremos cada dos horas. Lo mejor es elegir una loción solar de protección alta, por encima del SPF 30.

Cremas del sol con especificaciones

Existen cremas específicas para bebés aunque no se recomienda para los menores de seis meses. Lo ideal es no exponerlos al sol y usarlas con mucha precaución hasta que cumplan el año. Con unos minutos de paseo a primera hora de la mañana o de la tarde es suficiente para que sinteticen la vitamina D que necesitan sus huesos.

Las reacciones cutáneas provocadas por la radiación UV suelen ir casi siempre acompañadas por picores y nódulos, ampollas o placas pruriginosas. Para ello, también encontraremos protectores solares para pieles hipersensibles, intolerantes o alérgicas al sol que ofrecen una composición sin perfumes, sin conservantes y con un factor de protección solar elevado.

Cremas del sol para hacer deporte al aire libre

Si queremos realizar cualquier deporte al aire libre los días de sol debemos protegernos a conciencia. Es necesario utilizar gorra y, si corremos, hacerlo con camiseta. Aunque no toda la ropa deportiva protege del sol existen tejidos que sirven de pantalla frente a rayos UV, tienen efecto reflectante y favorecen la transpiración. Además, no se puede olvidar aplicar una crema solar de factor alto por todas las partes descubiertas y renovar cada hora de manera abundante si seguimos expuestos al sol.

Tratamientos después del sol

Después de la exposición al sol es importante hidratar y aportar elasticidad a la piel. Para ello, podemos optar por un AfterSun o crema para después del sol. No hay que aplicarlo exclusivamente cuando nos quemamos, con las que además de hidratar y fortalecer, fijaremos el bronceado y haremos que el color sea más duradero.

No olvides acompañar tu crema solar con otras medidas de protección como gafas de sol, para proteger los ojos, sombreros o gorras para la cabeza y agua para mantener tu organismo bien hidratado.