Esta enfermedad es conocida también como colitis mucosa o síndrome del intestino irritable.
No se trata de una enfermedad grave pero debido a la incomodidad de sus síntomas sí puede llegar a afectar al normal desarrollo de la vida personal, especialmente a todas las actividades sociales en torno a la comida.
¿Cuál es el perfil de los pacientes de colon irritable?
Esta enfermedad intestinal puede diagnosticarse en todos los grupos de edades, pero es especialmente frecuente en la edad adulta y rara vez se presenta más allá de los 65 años. En cuanto al sexo habitualmente se presenta con mayor frecuencia en mujeres que en hombres. Tradicionalmente se ha definido como perfil habitual en las sociedades occidentales una paciente de edad adulta, carácter perfeccionista, con elevada autoexigencia y deseo de control. Se trata de un perfil a menudo vinculado a situaciones de estrés.
No en vano, el síndrome del intestino irritable tiene a menudo un origen psicosomático con relación directa con situaciones de estrés y ansiedad. Nuestro estado de ánimo tiene influencia sobre las secreciones intestinales. Situaciones de elevada angustia y ansiedad, por ejemplo, provocan la secreción de bilis. La bilis es un líquido segregado por el hígado y cuya función es digerir las grasas en el intestino. Se trata de una sustancia con efecto laxante y, si se libera fuera de la digestión, puede desembocar en una diarrea.
¿Cuáles son las causas del colon irritable?
El estrés y la ansiedad no son las únicas posibles causas de esta dolencia. El mecanismo último del colon irritable no ha sido aún identificado, pero sí se señalan las siguientes posibles causas:
Genéticas
Alteraciones en la movilidad gastrointestinal
Hipersensibilidad a estímulos químicos o físicos a nivel del intestino
Como consecuencia de una diarrea o colitis infecciosa
Alteraciones en la flora intestinal
Síntomas que acompañan al síndrome del intestino irritable
Los síntomas más conocidos de esta dolencia son el dolor abdominal, especialmente en el momento de las deposiciones, y los trastornos en el tránsito en forma de diarrea, estreñimiento o ambas cosas alternadas. A menudo estos síntomas se presentan acompañados de distensión abdominal (vientre hinchado) y gases.
Otros síntomas menos comunes son:
ardor de estómago
dolor en el área del tórax
digestiones pesadas
dolor anal
sensación de evacuación incompleta o de tener que defecar constantemente
incontinencia fecal
heces acompañadas de moco

¿Cómo se diagnostica el colon irritable?
El colon irritable no resulta fácil de diagnosticar, ya que presenta síntomas similares a los de otras dolencias digestivas. Los especialistas suelen tomar como criterio que el dolor abdominal se presente al menos tres días al mes durante tres meses seguidos, junto a dos o más de los siguientes síntomas:
Mejora de las molestias tras la evacuación
Cambio en la frecuencia de las heces, en su forma o apariencia
Tratamiento del colon irritable
El control de la dieta y del estrés por parte de las personas que sufren de colon irritable son fundamentales. En el caso de la dieta, deberá ser personalizada para cada caso, aunque sí existen algunas pautas genéricas a tener en cuenta. Por ejemplo, deben evitarse las comidas copiosas, los alimentos que favorecen la flatulencia, productos picantes y bebidas gaseosas. Para evitar el estreñimiento se recomienda el consumo de fibra alimentaria y de dos litros de agua diarios.
En cuanto al control del estrés se recomienda la práctica de ejercicio físico y los ejercicios de relajación.
Si fuera necesario, el médico puede recomendar algún tratamiento farmacológico para el control de los síntomas (anticolinérgicos, antidiarreicos, espasmolíticos...).