El hipo hace referencia, según los especialistas, a una serie de contracciones del diafragma, es decir, el músculo que separa el pecho del abdomen y que es esencial en la acción de respirar. Es tan común que todos lo hemos sufrido en algún momento de nuestra vida, sin excepciones.
También los niños y bebés, casos en los que la principal causa es la rapidez con la que se ingieren los alimentos o las malas posturas que se toman. Es muy habitual que aparezca durante la lactancia, ya sea natural o artificial.
Pese a no ser un problema grave, ni mucho menos, sí es molesto e incómodo, pero por suerte, pasajero. Suele resolverse normalmente en pocos minutos aunque si perdura puede que esté asociado a otro problema con lo que conviene acudir al médico. Pero, ¿qué es exactamente el hipo y cómo se produce?
¿Qué es el hipo? ¿Cómo se produce?
El hipo se produce cuando hay un movimiento involuntario y brusco del diafragma. Este músculo, al que hemos hecho alusión previamente, está situado en el parte baja del pecho, entre el abdomen y el tórax, contrayéndose de forma rítmica para facilitarnos la respiración. De esta forma, cuando inhalamos oxígeno para que llegue y llene nuestros pulmones, el diafragma se relaja a la hora de la exhalación y poder así expulsar el aire a través de la boca y nariz.
Si el diafragma se altera desciende de forma violenta lo que provoca que el aire penetre de forma violenta en nuestra garganta y chocando contra la laringe. Posteriormente, se cierran las cuerdas vocales y surge el característico ruido "hip" asociado con el hipo.
Pasados unos minutos el hipo se pasa y no sería necesario tomar ninguna medida. Pero, ¿qué pasa si el hipo no se quita trascurridos unos minutos?
¿Qué pasa si el hipo dura más de 24 horas?
Pues bien, aunque no es lo habitual, hay casos en los que el hipo se prolonga más allá de esos pocos minutos a los que hemos hecho referencia previamente. Centrando nuestra atención en estos casos, podemos distinguir, por un lado, el hipo persistente y, por otro, el hipo intratable. ¡Hablamos de cada uno de ellos!
Hipo persistente
El hipo persistente es el que tiene una duración superior a 48 horas, pero interior a un mes.
Hipo intratable
El hipo intratable es, por su parte, un tipo de hipo que dura más de un mes.
Cabe destacar que, tal y como señalan los expertos, en ambos casos, el motivo que está detrás de que el hipo dure más de lo normal es la existencia de un problema de salud. Por lo que, es fundamental que si vemos que el hipo se prolonga en el tiempo, consultemos a un profesional especialista.
¿Por qué se produce el hipo?
En muchas ocasiones no encontramos una causa aparente que lo desencadene pero puede darse por diversos motivos:
- Tragar aire al masticar.
- Cambios de temperatura.
- Situaciones emocionales como ansiedad, nerviosismo o excitación.
- Comer de forma rápida y en gran cantidad.
- Cirugía abdominal.
- Una posible irritación en la garganta o en el estómago.
- Un procedimiento médico, como por ejemplo la anestesia.
- Padecer una enfermedad que irriten los nervios que controlan el diafragma.
Cómo quitar el hipo
Existen multitud de remedios caseros para hacer que el hipo se detenga aunque no siempre funcionen.
- Aguantar la respiración y contar hasta 10.
- Respirar dentro de una bolsa de papel.
- Beberse un vaso de agua fría.
- Que te den un susto.
- Beber por el lado "equivocado" de un vaso de agua.
- Tomar un poco de azúcar o ponernos un terrón debajo de la lengua.
Seguramente estos "remedios" ya los conocías y los has puesto en práctica en alguna ocasión para hacer desaparecer el tan incómodo hipo. Si la situación empeora o no se nota una mejoría es conveniente acudir a urgencias para que sea un especialista la persona que estime cuál es el la causa del hipo e indique las pautas a seguir.
2 trucos de La Botica ¡para decirle adiós al hipo!
Maxi, de La Botica, nos propone dos sencillos trucos con lo que quitar el hipo. El primero de ellos habla de abrir el diafragma. ¿Cómo lo hacemos? Muy sencillo, nos colgamos del marco de la puerta o, si lo preferimos, podemos abrir la puerta y colgarnos de la propia puerta. ¡El efecto es inmediato!
El segundo de los trucos que nos propone, y qué además es muy sencillo, es beber agua con un cuchillo dentro del vaso. Es decir, llenamos un vaso de agua, introducimos un cuchillo con el filo hacia dentro y lo bebemos sorbito a sorbito. Aunque pueda parecer sorprendente, ¡funciona!
Desde Hogarmania te recomendamos que, para cualquier duda que te surja, no dudes en consultar a tu médico de cabecera o a un profesional especialista.