Una duda que nos surge cuando tratamos de calmar cualquier lesión muscular y/o articular y que no siempre sabemos responder. ¿Sabrías decir en qué casos utilizar cada uno?
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Hogarmania, 3 de agosto de 2021
Prevención y cuidados
Una duda que nos surge cuando tratamos de calmar cualquier lesión muscular y/o articular y que no siempre sabemos responder. ¿Sabrías decir en qué casos utilizar cada uno?
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Hogarmania, 3 de agosto de 2021
Seguro que, en más de una ocasión, te has planteado qué emplear para calmar el dolor, si el frío o el calor. Y es que cuando sufrimos algún tipo de dolor o molestia muscular, es habitual que recurramos a la crioterapia o termoterapia. Pero, ¿cómo saber si hay que aplicar frío o calor para aliviar el dolor?
Si bien el frío y el calor son las dos terapias más comunes para calmar los dolores musculares o articulares. Cuando recurrimos a estas terapias en casa, muchas veces no sabemos cuando es adecuado aplicar una u otra.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que la crioterapia es un método, muy recurrente en el ámbito deportivo, que consiste en la aplicación de frío tanto para prevenir como para tratar lesiones.
Vamos a aplicar frío cuando sepamos que hay inflamación. Puede ser como consecuencia de una caída, un esguince, una torcedura, una fractura, un golpe...
¿La razón? El frío disminuye la inflamación y calma el dolor.
Si vamos a recurrir al frío debemos tener especial cuidado, pues si no se utiliza de forma correcto, puede provocar quemaduras en la piel. Por ello, es fundamental no poner el hielo directamente sobre la piel, hacerlo con compresas secas o bolsas y durante un tiempo máximo de entre 15 o 20 minutos.
Recurriremos a la aplicación de calor, también conocida como termoterapia, cuando presentemos dolor muscular o articular, pero no haya inflamación ni hinchazón en la zona dolorida.
Pueden ser los casos de las contracturas musculares, la rigidez muscular y articular o la artritis. Con el calor conseguiremos disminuir la rigidez muscular y reducir el dolor.
La mejor forma de aplicar el calor es a través de una manta eléctrica, parches terapéuticos, esterillas, sacos de legumbres o bolsas de agua.
Lo ideal es, en cualquiera de los casos, no aplicarlo directamente sobre la piel y hacerlo entre 10-30 minutos de forma discontinua, para evitar el riesgo de quemaduras. También puede provocar mareos y desmayos.
Desde Hogarmania te recomendamos que, para cualquier duda que te surja, no dudes en consultar a tu médico de cabecera o profesionales especialista.