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Remedios naturales

Jabón natural de avena y miel

En Natural Style nos enseñan cómo elaborar un jabón casero excelente para la piel seca, con arrugas o problemas de dermatitis. También está muy indicado para bebés. Se caracteriza por dejar una piel muy sedosa, gracias a la acción conjunta de la miel, la leche y la avena.

Ingredientes
  • Avena coloidal (50 g)
  • Leche en polvo (20 g)
  • Miel (dos cucharadas)
  • Aceite de oliva virgen extra (500 mL). Se pueden añadir diferentes tipos de aceite
  • Agua destilada (170 mL)
  • Sosa cáustica (75 g)

Preparación del jabón natural de avena y miel

Para esta preparación se deben tomar medidas de seguridad muy estrictas, ya que la sosa cáustica es un producto MUY peligroso. Se recomienda utilizar guantes, mascarilla y gafas de protección para evitar quemaduras con la sosa cáustica. Es muy importante que los niños estén lejos del lugar de preparación y que la habitación esté muy bien ventilada. El solo hecho de tocar, inhalar los vapores o acercar la cara a la sosa puede ocasionar quemaduras.

Añadir la sosa cáustica al agua (y nunca al revés) del recipiente de acero inoxidable, vigilando de no salpicar (cosa que puede pasar, por la propia reacción química que se desencadena, si la mezcla se hace de golpe), ya que se trata de un producto muy corrosivo. Esta reacción da un aumento de la temperatura considerable de la mezcla (puede llegar incluso a los 70-80 ºC), de manera que hay que dejarla reposar unos minutos.

Añadir el aceite mezclando con la batidora, siempre en la misma dirección, hasta que adquiera una textura más espesa.

Añadir la avena, la leche en polvo y la miel y remover de nuevo (5-10 min en total).

Finalmente volcarlo en el molde y dejarlo secar durante un mes (a los 10 días se puede desmoldar y cortar si se desea, con guantes).

Advertencia: NO usar directamente ni aprovechar los restos el mismo momento pues aún pueden contener trazas de sosa.

Aplicación: Aplicar como un jabón normal.

Conservación: Guardar en un lugar seco.

Otras curiosidades

  • También se podría elaborar el jabón con leche fresca, en este caso añadir 400 mL de leche con 100 mL de agua, previamente mezclados con la sosa y seguir con el procedimiento habitual.
  • Se recomienda untar los moldes con unas gotas de aceite, de forma que se desmoldarán más fácilmente. No usar moldes de silicona.
  • La saponificación es una reacción química que produce la formación de jabón. La principal causa es la disociación de grasas en un medio alcalino, separándose glicerina y ácidos grasos. Estos últimos se asocian con los álcalis formando las sales sódicas de los ácidos grasos: el jabón. Esta reacción se denomina también desdoblamiento hidrolítico y es una reacción exotérmica.
  • La reacción típica es: Ácidos grasos + Solución alcalina = Jabón + Glicerina
  • El índice de saponificación varía para cada grasa. El aceite de oliva de acidez 0,2-0,4 es el que mejor funciona para realizar jabón, a diferencia del aceite de girasol, que es muy difícil de cuajar. Con el jabón de aceite de oliva la piel continua su proceso natural, no corrompe el ciclo de la piel, no la irrita ni pica. A diferencia de esto, el jabón de glicerina absorbe el agua de la piel y la reseca. De todas formas se pueden mezclar diferentes tipos de aceites (aceite de coco, aceite de almendras, etc.).
  • Durante el proceso de elaboración hay gente que deja reposar la mezcla de sosa y agua durante unos días antes de hacer jabón (1-5 días). Si el jabón no termina de cuajar se puede calentar la mezcla en una olla de acero inoxidable o añadir un poco más de sosa directamente.

Se pueden mezclar diferentes plantas, flores o aceites esenciales para conseguir el jabón deseado (jabón de romero, jabón de naranja y chocolate, jabón de áloe, etc.).También se puede hacer champú para el pelo siguiendo el mismo procedimiento, pero el aceite será mitad de oliva y mitad de coco, ya que suaviza y hace más espuma.Y en el caso de elaborar jabón para la ropa utilizaremos aceite de oliva reciclado previamente filtrado.