Eliminar crujidos en suelo de madera

La madera envejecida, reseca o mal colorada, cruje. La solución definitiva puede resultar un tanto costosa; sin embrago, podremos evitar las molestias mayores rellenando con parafina caliente los huecos aparecidos entre los tablones. Inyectaremos la parafina, previamente calentada al baño maría, por medio de una jeringuilla.

Tendremos cuidado de que no se desborde del hueco de la hendidura que aparece entre las tablas que crujen.

La parafina se torna blanquecina en cuanto se enfría; al tiempo que se endurece, tendremos que estar atentos con la boca de la jeringuilla, que podrá obstruirse con el enfriamiento prematuro de la parafina.

Otra solución para casos más graves de mal asentamiento de la tarima es la espuma de poliuretano. En este caso, localizaremos la zona de la tarima más afectada y perforaremos en este punto con una broca del diámetro del aplicador.

Taladramos una tabla a mitad de su anchura, nunca en la unión. El agujero no ha de ser vertical sino oblicuo, y hundiremos la broca hasta traspasar la tarima.

Es importante leer atentamente el modo de empleo de la espuma para su adecuada aplicación. Inyectaremos con la boquilla a través del agujero perforado en suficiente cantidad para llenar el hueco entre la tarima y el suelo.

En viviendas muy antiguas os aconsejamos tener precaución con estas espumas, que tienden a crecer considerablemente pudiendo afectar, al expandirse, el cielo raso del piso inferior.

Disimularemos el agujero con un tubillón de madera encolado, que cortaremos al ras de la tarima, una vez insertado a presión. Lijaremos suavemente hasta uniformizar la superficie, tras lo cual aplicaremos un barniz-tinte del color adecuado.

En el mercado existen una surtida gama de tonos. Para endurecer y dar brillo al revestimiento podremos aplicar un barniz poliuretano.